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El drama económico para la repatriación de cuerpos en Colombia

Alrededor de 80 solicitudes se presentan anualmente ante Cancillería. Los connacionales mueren en su intento por cumplir el sueño americano, por inseguridad y negligencia. La repatriación oscila entre 10 y 30 millones de pesos. Familias piden donaciones y realizan bingos. Ley busca que el Gobierno cubra los gastos.

El drama económico para la repatriación de cuerpos en Colombia
Por LeidyHernandez | Créditos: Los Olivos

Miles de colombianos salen del país en busca de mejores oportunidades; sin embargo, encuentran la muerte en el extranjero y dejan a las familias un gran problema: la repatriación del cuerpo.

Los connacionales han viajado a Chile, México, Estados Unidos, Argentina y Bolivia entre otras naciones para trabajar y estudiar. Pero, en medio de diversas circunstancias, han perdido la vida y ante los casos, la Cancillería colombiana reveló que recibe el promedio de 79,16 solicitudes de repatriación de cuerpos anualmente.

Pero la situación es crítica. Familias colombianas, que buscan el regreso del cuerpo del ser querido para su cristiana sepultura, luchan diariamente para volver a ver a sus hijos, padres y abuelos que murieron en el exterior. La Agencia de Periodismo Investigativo, API, habló con las familias que buscan ayuda económica para el retorno del cuerpo.

Entre las posibilidades se encuentran: recibir cenizas o que el ser querido sea enterrado como NN en el lugar donde murió. Ambas opciones fueron rechazadas por los entrevistados y junto a ellas decenas buscan por medio de donaciones recaudar hasta 30 millones de pesos para el retorno del cuerpo.

Erbin Galeano era un joven de 25 años que salió de Sopó, Cundinamarca y se estableció en Valparaíso, Chile. Hacía parte de una familia de cinco personas en la que era el hermano del medio. Su sueño: viajar y conocer el mundo. Al llegar al país costero inició trámites legales, trabajó como administrador de un hostal y en su tiempo libre vendía cervezas en la playa.

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Colombianos voluntarios en Chile para ayudar a connacionales damnificados en Valparaíso / Cancillería de Colombia

 

Sin embargo, un día después de obtener la ciudadanía chilena, la inseguridad y delincuencia terminaron con su vida. La oportunidad que tenía en el país para brindarle un buen colegio y universidad a su hija en Colombia había terminado. Aunque “él era feliz allá”, según su hermana, se resistió a un asalto a mano armada y resultó herido de gravedad.

Llegaron los problemas para su familia. Traer el cuerpo de Galeano de regreso a Colombia costaba 27 millones de pesos, no existió la posibilidad de recibir las cenizas por tratarse de un caso de homicidio. Según su hermana, Marcela Galeano en entrevista con esta Agencia, “la cifra se duplicó solo para pagar la funeraria en Chile, pagar asesores, abogados, estampillar documentos, pero con la esperanza de traerlo”.

Y aunque no entienden cómo lograron repatriar el cuerpo, sí confirma que la presión en medios de comunicación ayudó a agilizar el trámite. No recibieron ayuda del gobierno colombiano y en cambio realizaron un llamado por medio de redes sociales para la donación del dinero que hizo posible que el pasado 22 de febrero el cuerpo del joven fuera recibido en Colombia.

Sobre “los gobiernos no queremos opinar, pero la ayuda de la gente fue impresionante”, aseguró Marcela. Recibió la ayuda de personas de Australia, Puerto Rico, México, Argentina, entre otros países. Diferente es el caso de Juan Carlos Rivera de 37 años, padre de tres menores y “la persona más noble de la familia”.

Desde Estados Unidos aportaría económicamente a las dificultades que atravesaba su familia por cuenta de la pandemia del Covid-19. El hombre trabajaba en un expendio de carnes con su padre en Bogotá y apareció una oportunidad para ir a cumplir el sueño americano.

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Para el traslado de un cuerpo se deben cumplir exigencias sanitarias requeridas, llevar el cadáver embalsamado en un féretro que tiene que tener un acta del consulado de su cierre / Funeraria Golpe

 

Con deudas y en busca de un mejor futuro para sus hijos, surgió una persona que, según su prima Jhoana Rivera, se aprovechó de la desesperación. Se ofreció lo que ella cataloga como un paquete que incluía los papeles, un recorrido Bogotá – Cancún; Cancún – Guadalajara; Guadalajara – Mexicali y el cruce por la frontera.

El costo de 10 millones de pesos además llevaba consigo el no decirle a nadie sobre el viaje. Sólo podía saber la familia, “porque se puede caer, pueden contar en Migración”, se le argumentó en su momento. Al llegar a la frontera, envió un mensaje a su familia, se despidió y pidió que cuidaran de sus hijos. 

Y aunque la familia no estaba aguantando hambre ni pasando precariedades, “lamentablemente fue consejero el desespero y la angustia”. Días después comunicaron a la familia que Juan Carlos “se fue al hueco”, había muerto. Según Jorge Correa, presidente de AsisteYa y quien adelanta el proceso de repatriación, Rivera “logró saltar el primer muro, pero en el segundo muro cayó y lamentablemente perdió la vida”.

El colombiano murió en el condado de Yuma, en Arizona, mismo lugar fronterizo donde el 28 de agosto de 2021, fue encontrado el cuerpo sin vida de Claudia Marcela Peña junto al de su hija María José Sánchez de 10 años que también intentaron ingresar ilegalmente al país norteamericano.

AsisteYa es un grupo empresarial que trabaja de manera integral para entregar asistencia y servicios a familias que han perdido familiares en el extranjero. Jorge Correa, quien lleva el caso de Juan Carlos, en diálogo con esta Agencia, confirmó que tras la muerte del colombiano la entrega del cuerpo tarda hasta cuatro o cinco días hábiles.

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Migrante de Ecuador pasando el muro fronterizo entre Estados Unidos y México mientras un traficante de personas sostiene la escalera / CNN

 

Luego “Hay que buscar una aerolínea, transportarlo vía a México o Estados Unidos. Si es por México pasa por Hermosillo - Ciudad de México - Bogotá. Si es por Estados Unidos pasa por Los Ángeles - Miami - Bogotá.

Un proceso de estos está tardando entre 7 y 10 días hábiles”. En el caso de Juan, su cuerpo “llegará hasta dentro de unos siete u ocho días hábiles desde el momento que me lo entreguen y a hoy miércoles (2 de marzo) todavía no me lo han entregado”, contó Correa.

Sobre el costo del servicio, confirmó que oscila entre US$7.300 y US$7.500. Cubre embalsamiento, trámites, apostillados, carga aérea, pagos de traslados internos, el ataúd y todo lo necesario hasta la llegada del cuerpo a Bogotá.

El presidente de la empresa que ofrece protección para latinos tiene 25 años de experiencia repatriando cuerpos de colombianos del exterior, asistiendo a las familias que pierden a una persona por indiferente causa o razón, sea violenta o muerte natural.

Entre los países que más cubre se encuentran Estados Unidos, España, Brasil, México, Argentina y Australia. Actualmente, adelanta el proceso de Juan Carlos Rivera y otro con una familia de un fallecido en ciudad de México al parecer por muerte natural.

Al respecto de los trámites aseguró que las “aerolíneas son complicadas al momento de abordar un vuelo o pedir una carga para una persona fallecida. A veces prefieren trasladar las maletas del vivo y no un cuerpo fallecido y esto nos trae mucho contrapeso y situación difícil para poder enviar los cuerpos”. 

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Existen féretros de madera, de dos cajas o cajas metálicas, así como otros que se adecúan a modas, tendencias y gustos / EFE

 

En medio del dolor de las familias afectadas, confirma que el gobierno colombiano no ayuda en lo absoluto económicamente, pero los consulados, en la inmensa mayoría, están prestos a ayudar. Así las cosas, el coste del trámite recae en las familias.

Entre otras cosas, “una repatriación puede estar costando dependiendo de donde y las circunstancias de la muerte, pero una tasa promedio en América Latina puede estar costando en dólares, aproximadamente, US$4.500”. 

“De Estados Unidos para Colombia, la media son US$ 5.800 dólares, desde España o Europa para Colombia, aproximadamente unos 7.000 euros, desde Turquía o Japón entre US$ 8.500 - 9.500 dólares”, aseguró Correa a API.

Continúa entonces la plegaria de las familias para traer el cuerpo de sus seres queridos. Para cubrir los gastos, las personas llegan a plataforma de recaudación de fondos, donde la esposa de Juan Carlos ha recolectado US$ 301 y tiene como objetivo US $1.500 para el retorno del cuerpo.

Mientras tanto, la familia sufre por el tema costoso y doloroso, pues “no tenemos registro fotográfico ni nada, solo unos papeles que dicen que sí es él". “Uno no tiene vida sin ver el cadáver, sin enterrar el cadáver, emocionalmente uno no tiene tranquilidad, impacta un montón”, finalizó Jhoana Rivera entre lágrimas. 

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Imagen de referencia de recaudación de fondos, opción de la mayoría de familias para repatriar los cuerpos de los connacionales / Referencia

 

Y a estos dos casos, muchos más. La familia de Edwin Gutiérrez un joven que murió en medio de un homicidio en Puerto Natales (Chile) realiza un bingo virtual para recolectar dinero a fin de pagar  la repatriación. Mientras que otra familia pide donaciones por medio de un video para el viaje del cuerpo de una madre que falleció en Santiago de Chile el pasado 16 de febrero.

Al igual que desde Pitalito (Huila), familiares de Juan Carlos Pérez piden donaciones para traer el cuerpo del hombre de 42 años que fue hallado en una fosa en la ciudad de Rioverde, México. Pérez había sido reportado como desapareció desde el 5 de octubre del 2021 y había viajado en busca de mejores oportunidades laborales.

Sebastián López, un joven de 25 años, otra vida de una familia que busca su repatriación. Falleció el pasado 30 de noviembre de 2019 debido a una crisis asmática. Estudiaba cuarto semestre de Medicina en la Universidad Nacional de Rosario, Argentina.

Según la prima del joven “No tenemos ningún apoyo y cada día que pasa la repatriación de Sebas se vuelve más compleja” y aunque por medio de diferentes actividades han recaudado 25 millones de pesos, para ese entonces aún les faltaba 12 millones de pesos más. 

“Entre más días pasan, los costos de la repatriación van subiendo y los requisitos de hacer ese procedimiento aumentan”, explicó la familiar. Sobre este caso no se pudo confirmar si se logró finalmente o no su repatriación.

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Fosa común en el cementerio de Guayabillo en Agua Fría (Panamá) donde entierran a migrantes que murieron tratando de cruzar la brecha del Darién / AP / Arnulfo Franco

 

Y es que según Jorge de AsisteYa, los cuerpos que no logran ser repatriados “terminan en fosas comunes”. Uno de los casos se presentó con un colombiano en Irán que el pasado mes de febrero intentó pasar hacia Turquía y murió congelado. 

El connacional “fue reportado por el cónsul de Colombia en Ankara y la familia no tuvo económicamente cómo repatriarlo. Lo dejaron allá y el cuerpo terminó en fosa común. En casos como México, los cuerpos quedan en estudio y demás”, confirmó el presidente de la compañía de asistenciafamiliar.

De Cartago, Valle se conoció otro relato. Sebastián López murió a manos de otras personas en Santiago de Chile el pasado 20 de diciembre. A su familia le pidieron 17 millones de pesos para la repatriación, de no pagar, el hombre sería enterrado como ‘no identificado’. Afortunadamente, tras trámites con la funeraria Castillo de Chile y luego de pagar  14 millones de pesos lograron recibir el cuerpo de López el pasado 8 de enero.

Pero los casos no son simplemente por inseguridad y violencia o ilegalidad, también ocurren por negligencia. En Antofagasta, ciudad ubicada al norte de Chile, un colombiano duró 11 horas esperando atención médica, pero según la denuncia “le suministraron algo para el dolor y lo enviaron a casa sin exámenes ni un estudio médico”.

El colombiano falleció a causa de un coma diabético y ahora su familia pide, como en el resto de los casos, ayuda económica. Misma situación de la familia de Jeisson Jesler Saldarriaga de 26 años y oriundo de Villavicencio.

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Trabajo de las funerarias en medio de la emergencia sanitaria generada por el Covid-19 / EFE 

 

Saldarriaga fue asesinado en Guatemala el pasado18 de febrero y su cuerpo fue encontrado con signos de tortura y atados de pies y manos. Su familia, luego de un largo proceso de tramites, sepultó su cuerpo este martes dos de marzo en medio del luto familiar.

El calvario continúa en las familias de Didier Andrés Ortega y Gladys Bocanegra dos connacionales que murieron en noviembre en un accidente de tránsito en Puebla (México). En Colombia, se elevó una solicitud a la Cancillería pidiendo apoyo en el trámite para traer sus cuerpos de vuelta con el fin de darles cristiana sepultura.

Y es que este último caso llevó al representante a la Cámara, Juan David Vélez a presentar un proyecto de Ley, una iniciativa aprobada en el Congreso y posteriormente con la firma presidencial para “generar una facilidad para que cada colombiano al momento de sacar o renovar su pasaporte pueda adquirir este servicio de manera voluntaria con un costo mínimo que oscilará entre los 8.000 pesos y 20.000 pesos”, explicó Vélez.

Así las cosas, por medio de la Ley 2171 del 29 de diciembre de 2021 se crearon mecanismos para la repatriación de cuerpos de connacionales que se encuentren en el exterior. 

Una ley que obligó al Ministerio de Relaciones Exteriores a reglamentar en  un año el mecanismo con el cual se recolecten los fondos con el seguro, ligado a la vigencia de expedición del pasaporte  de10 años, velando que en todo caso el costo sea marginal y que los ciudadanos puedan conocer sus características y beneficios para ser aceptado.

Por ahora, siguen en el anonimato los casos de colombianos que fallecen, en su mayoría en Nicaragua, México, Honduras, Chile, El Salvador, Bolivia y Estados Unidos, familias que ruegan por ayudas y otras que optan por la cremación, un proceso mucho más económico. En los casos más lamentables, colombianos quedarán enterrados como ‘no identificados’ o incluso como cuerpos para estudios en los países donde mueren.

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