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Kevin O’Leary reafirma su postura por extensas jornadas laborales y rechaza la desconexión del trabajo en era digital

Pormenores de la posición del empresario que participó en Shark Tank.

Kevin O’Leary
Por Agencia Periodismo Investigativo | Jue, 12/06/2025 - 08:30 Créditos: Imagen tomada de X: @dustinemills24

Kevin O’Leary, empresario canadiense conocido por su participación en el programa de televisión Shark Tank, reiteró recientemente su respaldo a modelos laborales intensivos que exigen a los trabajadores jornadas prolongadas y dedicación permanente.

En sus más recientes declaraciones públicas, O’Leary insistió en que las personas que aspiran a alcanzar el éxito en el entorno empresarial deben subordinar su vida personal a la productividad, especialmente en los primeros años de su carrera profesional.

El empresario se sumó así a una tendencia que también han expresado otros referentes del mundo corporativo internacional, como Elon Musk, Carlos Slim y Sergey Brin, quienes han promovido esquemas de trabajo centrados en la actividad ininterrumpida, el aprovechamiento absoluto del tiempo y la priorización del crecimiento empresarial sobre cualquier otro ámbito.

O’Leary ha sido enfático en su mensaje a los jóvenes emprendedores, a quienes aconseja dedicarse sin reservas a sus proyectos durante sus años iniciales, cuando, según él, cuentan con la energía y el tiempo necesarios para afrontar los desafíos que implica construir una empresa desde cero.

En sus palabras, el mercado global presenta una competencia constante con personas ubicadas en otros países que, a su juicio, están dispuestas a trabajar de forma continua.

Mencionó explícitamente las ciudades de Bombay y Shanghái como ejemplos de contextos donde, afirma, existe una mayor disposición al trabajo constante.

Según sus afirmaciones, la clave para alcanzar una posición consolidada en el ámbito empresarial radica en adoptar una mentalidad enfocada exclusivamente en el éxito laboral.

En ese marco, desestima las propuestas que promueven el equilibrio entre la vida personal y el desempeño profesional. De acuerdo con su visión, la desconexión es un privilegio que sólo debería considerarse una vez se haya establecido una base sólida que garantice estabilidad financiera y reconocimiento empresarial.

Además de estas declaraciones sobre las jornadas laborales, O’Leary también se ha pronunciado sobre propuestas de reformas laborales que buscan reducir el tiempo de trabajo semanal.

Ha sido particularmente crítico frente a la iniciativa de establecer semanas laborales de cuatro días, a la que calificó como “la idea más estúpida” que ha escuchado.

Según explicó en una entrevista televisada, la noción de una semana laboral delimitada por horarios o días específicos ha perdido vigencia en el contexto actual, caracterizado por una economía digital y una dinámica pospandemia que, a su juicio, exige disponibilidad permanente.

En este sentido, manifestó que la semana laboral como concepto tradicional ya no tiene aplicabilidad práctica. Considera que la realidad empresarial contemporánea demanda una conexión continua con las responsabilidades y compromisos laborales, sin importar la hora o el día.

Esta postura, según él, responde a las exigencias de un entorno en el que la innovación y la competitividad se producen en tiempo real y en un mercado global interconectado.

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O’Leary también abordó su relación con sus empleados y las políticas laborales que aplica en sus empresas. Declaró que no reconoce el derecho a la desconexión fuera del horario laboral en el caso de sus trabajadores.

Según explicó, espera que su equipo esté disponible en todo momento, incluso durante fines de semana o periodos de descanso como vacaciones.

Aseguró que sus colaboradores deben asumir esta disponibilidad como una condición inherente al entorno empresarial que promueve.

Las declaraciones del empresario canadiense han sido objeto de múltiples reacciones en distintos sectores.

Mientras algunos sectores empresariales han respaldado su enfoque, argumentando que refleja las exigencias de una economía altamente competitiva, otros han manifestado preocupación por la forma en que estas ideas podrían afectar los derechos laborales y la salud mental de los trabajadores.

Las posturas de O’Leary se inscriben en un debate más amplio sobre el futuro del trabajo, en el que convergen visiones centradas en la productividad con propuestas orientadas a mejorar la calidad de vida de quienes integran la fuerza laboral.

En medio de estas discusiones, su figura ha vuelto a posicionarse en el centro del debate sobre el tipo de modelo económico y laboral que debería regir en el siglo XXI, y hasta qué punto es sostenible la renuncia a la desconexión y al tiempo libre como parte del desarrollo humano integral.

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