Tarifas del gas natural se disparan en Colombia

El mercado del gas natural atraviesa una crisis que no se veía desde hace una década. Desde el 1° de diciembre entraron en vigencia nuevos contratos de suministro, tanto nacionales como importados, que duplicaron los precios mayoristas y desataron incrementos inmediatos en la producción, la comercialización y el consumo. El shock ya golpea al sector vehicular e industrial, mientras que los hogares sentirán el efecto desde enero.

En diálogo con Mañanas Blu, el investigador energético Sergio Cabrales explicó que el ajuste será especialmente severo en el gas vehicular, donde el usuario final podría enfrentar subidas cercanas al 30 por ciento. Los datos revelan que un fenómeno estructural empuja el alza: la pérdida de autosuficiencia y la sustitución de contratos de 4 a 5 dólares por millón de BTU por otros que hoy oscilan entre 10 y 12 dólares para gas nacional y alrededor de 14 dólares para el importado.

El investigador recordó que desde diciembre de 2024 Colombia dejó de autoabastecer sectores como el residencial, comercial, industrial y vehicular. Ese cambio quebró el esquema de precios bajos que se mantuvo durante casi diez años. El 75 por ciento de esos contratos venció el 30 de noviembre y lo que queda vigente tiene valores muy superiores, elevando la presión sobre el mercado mayorista y las tarifas finales.

Los incrementos no serán uniformes. En el gas vehicular, que representa una herramienta clave para taxistas y transporte público, el salto mayorista supera el 55 por ciento. Al representar la mitad de la tarifa en estación de servicio, el aumento para el usuario será de entre 27 y 30 por ciento en promedio.

En el segmento residencial, el impacto será menor, pero inevitable. El componente de gas dentro de la factura subirá cerca de 14 por ciento, lo que se traducirá en un aumento total estimado del 7 por ciento a partir de enero.

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Industria y plantas térmicas ya operan con los nuevos precios desde el 1° de diciembre. En varios casos, el ajuste supera el 28 por ciento, un incremento que compromete la competitividad, los costos de producción y la estabilidad del sector energético.

Frente a la volatilidad del mercado, el ministro de Minas, Edwin Palma, abrió la puerta a medidas regulatorias. “El mercado hay que vigilarlo e intervenir si es el caso, porque si lo dejamos al vaivén de oferta y demanda, se come a los usuarios”, afirmó en declaraciones a Mañanas Blu.

Entre las alternativas que el Ejecutivo evalúa están decisiones a través de la Comisión de Regulación de Energía y Gas, decretos, supervisión de la Superintendencia de Servicios Públicos, investigaciones por prácticas anticompetitivas y la posibilidad de obligar a Ecopetrol a liberar gas al mercado, como en episodios anteriores.

Aunque buena parte de los contratos baratos expiró, aún falta el 25 por ciento restante, que caduca dentro de un año. Según Cabrales, ese punto marcaría el cierre del ciclo de aumentos, pero no resolverá el problema de fondo: Colombia deberá seguir importando gas a precios internacionales durante varios años. En un país que ya no produce lo suficiente para su demanda no térmica, las tarifas podrían mantenerse en niveles históricamente altos.

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