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Explosión en Buenaventura, atentado número 26 en el sur occidente de Colombia en los últimos días
Las autoridades investigan nuevo hecho con artefacto explosivo en el Valle del Cauca.

Una detonación ocurrida en horas de la mañana de este jueves 12 de junio alteró la cotidianidad en el municipio de Buenaventura, principal puerto del Pacífico colombiano.
El hecho, calificado preliminarmente como un atentado con explosivos, se registró hacia las 6:20 a. m. en el sector conocido como Isla, sobre el costado de la Autopista Simón Bolívar, frente a un tramo comprendido entre las instalaciones de Ecopetrol y una bodega de la empresa Italcol. Como consecuencia directa del estallido, una persona resultó lesionada.
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Las primeras informaciones suministradas por organismos de seguridad y socorro indican que la onda expansiva causó daños materiales en la zona de impacto y generó alarma entre residentes y transeúntes del sector.
La explosión ocurrió en las inmediaciones de la casa cultural del Distrito Especial, punto frecuentado por habitantes del puerto para actividades comunitarias.
La persona herida fue trasladada a un centro asistencial cercano, donde recibe atención médica. Su identidad no ha sido revelada por las autoridades y se desconoce por el momento la gravedad de las lesiones.
Miembros del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, en articulación con unidades de la Policía Nacional y del Ejército, se desplazaron al lugar de los hechos para acordonar la zona y adelantar los procedimientos técnicos de verificación.
El área permaneció cerrada al tráfico vehicular durante varias horas mientras los peritos realizaban el levantamiento de indicios. En paralelo, expertos antiexplosivos realizaron una inspección minuciosa para descartar la presencia de otros artefactos.
Hasta el momento, ningún grupo armado ha reivindicado la autoría del ataque. Sin embargo, la región enfrenta desde hace varios meses un incremento sostenido de acciones violentas atribuibles a estructuras armadas ilegales que operan en el suroccidente del país.
El puerto de Buenaventura ha sido señalado en diferentes reportes institucionales como corredor estratégico para el tráfico de armas, drogas y mercancías, lo que ha intensificado la disputa territorial entre organizaciones criminales.
El alcalde del distrito, Víctor Hugo Vidal, convocó un consejo de seguridad extraordinario con presencia de representantes del Gobierno Nacional y de los altos mandos de la Fuerza Pública para evaluar la situación.
En declaraciones preliminares, el mandatario local condenó el uso de artefactos explosivos en zonas urbanas y reiteró el llamado a reforzar las medidas de protección para la población civil.
Por su parte, voceros de la Defensoría del Pueblo y la Personería Distrital insistieron en la necesidad de establecer con prontitud quiénes están detrás del atentado y exigieron garantías para los habitantes de la ciudad, que han sido víctimas de múltiples hechos de violencia en lo corrido del año. También solicitaron a los organismos competentes que avancen con celeridad en las investigaciones.
El atentado en Buenaventura se suma a una serie de hechos recientes que han sacudido a distintos municipios del Valle del Cauca, donde las autoridades registran asesinatos selectivos, extorsiones y amenazas contra líderes sociales y comunitarios.
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En lo corrido del primer semestre de 2025, se han reportado varios incidentes con uso de explosivos en esta región, incluyendo ataques contra estaciones de Policía y patrullas en zonas rurales.
El Ministerio de Defensa informó que ya se encuentra en coordinación con las autoridades regionales para diseñar una estrategia integral que permita contrarrestar el accionar de los grupos armados ilegales en el Pacífico.
Según voceros de esa cartera, el reciente atentado será considerado dentro del marco de riesgo para efectos de fortalecer la presencia institucional en el distrito portuario.
En los últimos días, el Valle del Cauca ha sido escenario de una cadena de hechos violentos que han afectado especialmente a las ciudades de Cali y Buenaventura, así como a varios municipios del Cauca.
La jornada más crítica se vivió el martes 10 de junio, cuando se registraron al menos 24 acciones armadas y ataques con explosivos en diversas localidades del suroccidente colombiano.
Las autoridades atribuyen estos actos a estructuras disidentes de las Farc bajo el mando de alias “Iván Mordisco”. El saldo preliminar de esa jornada fue de siete personas muertas, entre ellas cinco civiles y dos integrantes de la Policía Nacional, además de 28 personas heridas, incluidos 19 civiles, siete policías y dos militares.
En Cali, capital del Valle del Cauca, se reportaron tres explosiones casi simultáneas durante la mañana del 10 de junio. Los artefactos fueron activados cerca de estaciones de Policía ubicadas en los barrios Manuela Beltrán, El Mango y Meléndez.
Las detonaciones coincidieron con una visita oficial programada del presidente Gustavo Petro a la ciudad. Como consecuencia de los estallidos fallecieron al menos tres personas y se registraron varios heridos.
Las autoridades locales decretaron ley seca, suspensión de clases y restricción de movilidad en las zonas afectadas, mientras se adelantaban operativos de búsqueda de responsables.
En el puerto de Buenaventura, durante la misma mañana, fue atacado un CAI de la Policía ubicado en el sector El Pailón mediante el lanzamiento de un artefacto explosivo.
Aunque en este caso no se registraron víctimas mortales, el hecho generó pánico entre los habitantes del sector y requirió la intervención inmediata de unidades especializadas en manejo de explosivos.
El incidente fue interpretado como parte del mismo patrón de ataques coordinados por estructuras armadas que operan en el litoral Pacífico.
La violencia también alcanzó a otros municipios del Cauca, como El Bordo y Corinto, donde se registraron explosiones de carros bomba. En El Bordo, el vehículo fue detonado frente a la sede de la alcaldía municipal, mientras que en Corinto el artefacto fue abandonado en las inmediaciones del parque principal.
En ninguno de los dos casos se reportaron personas heridas. En Palmira, ciudad del Valle del Cauca ubicada en el corredor hacia Cali, fueron hallados seis cilindros bomba distribuidos a lo largo de la vía de acceso, lo que obligó al cierre temporal de la carretera y la intervención del escuadrón antiexplosivos.
En el municipio de Caloto, también en el departamento del Cauca, un patrullero de la Policía Nacional fue asesinado por un francotirador cuando se encontraba en servicio en una zona rural.
El uniformado fue trasladado a un centro hospitalario, pero falleció a causa de la gravedad de las heridas. Las autoridades indicaron que se trató de un ataque premeditado dirigido contra las fuerzas de seguridad.
Frente a este panorama, la Fiscalía General de la Nación abrió siete procesos investigativos relacionados con los hechos del martes 10 de junio.
De manera paralela, el Gobierno Nacional anunció recompensas de hasta 300 millones de pesos por información que permita ubicar a los responsables de los atentados.
Las autoridades han relacionado estos hechos con el segundo aniversario de la muerte de Leider Johany Noscué, alias “Mayimbú”, exjefe de las disidencias en el suroccidente, abatido por la fuerza pública el 13 de junio de 2022.
Según información de inteligencia, varios grupos armados ilegales habrían coordinado acciones en su memoria como forma de reivindicación simbólica.
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