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Avanza el repoblamiento de alevinos en el centro del país con más de un millón de ejemplares introducidos
Alianza para garantizar una pesca sostenible.
La Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP), a través de la gestión de la Dirección Regional Bogotá, impulsó acciones de repoblamiento que permitieron la liberación de 1.046.900 alevinos de especies nativas como bocachico y pataló en ríos, ciénagas y humedales estratégicos, contribuyendo a la recuperación de los ecosistemas acuáticos y al fortalecimiento del sustento de las comunidades pesqueras de la región.
Este importante resultado fue posible gracias al trabajo articulado y comprometido de los equipos técnicos, bajo el direccionamiento de la Estación Piscícola de El Gigante, que desempeñó un papel fundamental en la producción, manejo y entrega del material biológico, garantizando calidad, trazabilidad y el cumplimiento de los lineamientos técnicos establecidos para los procesos de repoblamiento.
“La liberación de estos alevinos refleja el valor del trabajo en equipo y la articulación institucional para proteger el recurso pesquero y asegurar la sostenibilidad de nuestros territorios”, señaló Glenda Beatriz Arboleda Casas, directora Regional Bogotá de la Aunap, destacando que estas acciones reafirman el compromiso con la conservación ambiental, la pesca responsable y el bienestar de las comunidades que dependen del agua.
Y es que el epoblamiento de alevinos se ha convertido en una de las herramientas más visibles con las que la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP) intenta recomponer poblaciones de peces nativos en ríos y afluentes donde la presión por sobrepesca, contaminación y pérdida de hábitat ha reducido la oferta para la pesca artesanal.
En la práctica, la Regional Bogotá —que, según la propia entidad, tiene jurisdicción en nueve departamentos, entre ellos Cundinamarca, Huila, Tolima, Caquetá, Putumayo, Amazonas y parte de Boyacá y Caldas— funciona como articuladora y, además, como soporte logístico para producir y movilizar alevinos desde estaciones piscícolas que abastecen jornadas de siembra en distintas cuencas.
En Cundinamarca, el repoblamiento se ha concentrado en puntos estratégicos de la cuenca del Magdalena y de tributarios donde confluyen comunidades que viven de la pesca.
Un ejemplo reciente ocurrió el 5 de noviembre de 2025, cuando la Gobernación reportó una segunda jornada de repoblamiento ictiológico del año, ejecutada en alianza con la AUNAP, con la liberación de más de 186.000 alevinos de especies nativas, entre ellas bocachico (Prochilodus magdalenae) y pataló (Sorubim cuspicaudus).
El mismo reporte oficial ubicó siembras en Girardot (desembarcadero del río Magdalena), San Juan de Rioseco (río Chaguaní) y Guaduas (río Guaduero), y señaló que la intervención buscaba sostener la pesca artesanal y recuperar especies con valor ecológico y productivo, con un impacto directo e indirecto sobre familias pescadoras del departamento.
Registros muestran que el repoblamiento con apoyo de la Aunap regional Bogotá–Cundinamarca ya se aplicaba, por lo menos, desde 2016, cuando se reportó la liberación de 150.000 alevinos de bocachico en caños tributarios de la cuenca alta del Magdalena —La Barrigona, Rayadero y Rionegro— en el marco de compromisos con asociaciones de pescadores de Puerto Salgar.
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En ese mismo documento se consignó que la operación contó con respaldo de la estación de acuicultura de Gigante (Huila), un punto clave porque allí se producen y preparan lotes de peces para repoblamiento; también quedó registrado un componente social: pescadores expresaron satisfacción por el impacto esperado en ingresos futuros y se comprometieron a respetar normas de pesca y ambientales.
Un año después, en diciembre de 2024, la Secretaría del Agrocampesinado de Cundinamarca informó otra jornada en Girardot y Ricaurte, con liberación de 160.000 alevinos, también orientada a recuperar poblaciones y amortiguar efectos atribuidos a contaminación e impactos ambientales que afectan la supervivencia de peces en el Magdalena.
El reporte agregó que el repoblamiento de bocachico y pataló se planteó como beneficio para más de 600 familias de pescadores artesanales, insistiendo en que el objetivo no se limita al volumen sembrado, sino al equilibrio del ecosistema y a la sostenibilidad del oficio en el tiempo.
Detrás de estas cifras hay una operación técnica que combina producción, selección, transporte y liberación controlada.
Una parte central del engranaje es la Estación Piscícola del Alto Magdalena (EPAM), ubicada en Gigante (Huila) y administrada —según reconstrucciones periodísticas basadas en la operación institucional— por la Regional Bogotá, desde donde se organizan envíos a distintos puntos del país de acuerdo con convenios ambientales y productivos.
En un caso documentado el pasado 9 de diciembre, se describió la entrega y traslado de 200.700 alevinos de bocachico coordinados por la Dirección Regional Bogotá de la Aunap, en el marco de un convenio Aunap–Cornare; el texto detalla rutinas de control de tamaño y vitalidad, conteos, empaque en bolsas con agua y oxígeno, y la fase de aclimatación antes de la liberación en cuerpos de agua de destino, como parte de protocolos orientados a maximizar supervivencia y adaptación.
En el plano institucional, la Aunap ha defendido el repoblamiento como política de alcance nacional: para 2024 reportó la siembra de más de 60 millones de alevinos de especies nativas en distintos cuerpos de agua del país, y vinculó esos programas con procesos de formalización de pescadores y acuicultores como condición para acceder a la oferta pública y a estrategias de sostenibilidad.
Esa visión macro es relevante para la Regional Bogotá porque explica por qué la entidad no solo “siembra peces”, sino que intenta conectar el repoblamiento con ordenamiento, control y prácticas responsables, al menos en el diseño.
El repoblamiento también se apoya en convenios interadministrativos y alianzas con entidades territoriales y ambientales.
Un ejemplo es el convenio Aunap–Foncolombia, firmado en octubre de 2024, que proyectó repoblar con 14,7 millones de alevinos especies como bocachico, dorada y blanquillo en la cuenca media del Magdalena, con énfasis en zonas identificadas como productivas y con participación de asociaciones; además, incluyó componentes de capacitación a pescadores artesanales, mostrando que el enfoque se plantea como intervención integral y no solo como una liberación puntual.
En síntesis, el repoblamiento de alevinos promovido o articulado por la Aunap Regional Bogotá para beneficio de pescadores en su área de influencia se ha ejecutado mediante un esquema repetido: identificación de puntos críticos (río principal y tributarios), alianza con gobernaciones/alcaldías y autoridades ambientales, provisión de alevinos desde estaciones de producción (con EPAM y Gigante como nodos relevantes), logística de transporte y aclimatación, y un componente de corresponsabilidad que busca evitar la captura temprana y promover el cumplimiento de normas.
En Cundinamarca, los hitos recientes —160.000 alevinos en diciembre de 2024 y más de 186.000 en noviembre de 2025, además de antecedentes como 150.000 en 2016— permiten dimensionar la continuidad del mecanismo y su apuesta por sostener la pesca artesanal en la cuenca del Magdalena, que sigue siendo el principal soporte de muchas familias ribereñas.
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