Juliana Guerrero reaparece: respalda al Frente Amplio del Cesar en medio de fracturas del progresismo

La inscripción de listas a la Cámara de Representantes en el Cesar reveló una nueva fractura dentro del progresismo local, luego de que Juliana Guerrero, una de las funcionarias más cercanas al presidente Gustavo Petro, respaldara públicamente al Frente Amplio del Cesar y no al Pacto Histórico, el partido de Gobierno. Su presencia en el acto de inscripción de esta coalición independiente en Valledupar marcó un distanciamiento que reaviva el debate sobre la estrategia del sector en la región.

Este quiebre se da en un escenario en el que varios liderazgos alternativos del departamento quedaron por fuera de la lista oficialista del Pacto Histórico, lo que generó tensiones internas y cuestionamientos sobre la unidad del progresismo. 

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En respuesta, sectores de centro y centroizquierda impulsaron el Frente Amplio del Cesar, integrado por Luis Fernando Quintero, Omar Benjumea, Lina de Armas y, pendiente de confirmación, Arturo Calderón, con el objetivo de disputar una curul a la influyente alianza Gnecco–Cuello.

En este contexto, la figura de Guerrero cobra especial relevancia. Su trayectoria incluye haber sido delegada presidencial ante el Consejo Superior de la Universidad Popular del Cesar, así como ocupar cargos de confianza en el Ministerio del Interior, donde fue coordinadora de gabinete. Su cercanía con la Casa de Nariño fue respaldada públicamente por el ministro Armando Benedetti, pese a los cuestionamientos que surgieron en torno a su hoja de vida y título profesional.

Por ello, su decisión de apoyar al Frente Amplio del Cesar fue interpretada como un mensaje directo a la dirigencia local del Pacto Histórico, particularmente a Alexandra Pineda, quien apostó por mantener una lista cerrada independiente en lugar de sumarse a la propuesta unitaria inicialmente impulsada para concentrar el voto alternativo.

En consecuencia, el panorama político del Cesar expone la dificultad del progresismo para consolidar una estrategia común, justo cuando la competencia por la representación en la Cámara de Representantes se intensifica y la fragmentación interna se hace más evidente.

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