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Este es el 'Plan Marshall' propuesto por el presidente Petro para enfrentar la crisis climática

La iniciativa la abordó en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G77.

Petro en Cuba g77
Por Agencia Periodismo Investigativo | Vie, 15/09/2023 - 19:29 Créditos: Presidencia de la República

El presidente colombiano, Gustavo Petro, durante su participación en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del G77 + China, abordó con seriedad y determinación el desafío actual que representa la crisis climática global. 

El líder destacó que el mundo necesita avanzar hacia una economía descarbonizada para mitigar el daño ambiental causado por la acción humana y prevenir una catástrofe de proporciones inimaginables.

El mandatario, consciente de la magnitud del reto y de la inversión necesaria, presentó dos vías de financiación: el capital privado y los fondos públicos. 

Argumentó que, si bien el capital privado puede tener un papel, su motivación intrínseca de buscar rentabilidad lo limita a invertir solo en áreas específicas de descarbonización. 

“El capital, siguiendo las directrices de la economía política clásica, invertirá en la descarbonización solo donde vea un retorno de inversión favorable", declaró Petro.

Cumbre g77

En contraste, el presidente Petro defendió el uso de fondos públicos, considerándolos la herramienta más efectiva y extensiva para lograr la transición requerida. 

El desafío, dijo, es cómo incrementar estos fondos sin aumentar la carga de la deuda que ya soportan muchos países.

Petro propuso, en este contexto, aprovechar la Emisión Universal de Derechos Especiales de Giro, DEG, como mecanismo para saldar las deudas nacionales. 

Esto permitiría que los países utilicen fondos públicos en su transición hacia una economía verde. 

Los DEG, según el Banco de la República, son activos de reserva internacional del FMI que funcionan como un "derecho potencial", permitiendo a los países miembros intercambiarlos por monedas fuertes en situaciones determinadas.

Esta propuesta ha sido respaldada en anteriores reuniones internacionales, como la de París, y cuenta con el apoyo de naciones de América del Sur y África. "Este es un camino donde no perdemos, sino ganamos", expresó el líder colombiano.

No obstante, Petro destacó que algunos miembros del G77, que agrupa a 77 países en desarrollo o subdesarrollados, parecen inclinarse por aumentar la deuda como solución. 

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El presidente señaló que esta alternativa, probablemente impulsada por potencias como Estados Unidos y Europa, es inaceptable ya que implicaría que las naciones del sur global, que son las más afectadas por la crisis climática, tengan que endeudarse aún más para resolver un problema que no crearon.

Concluyó con un llamado vehemente: "Si no tomamos medidas para reducir la deuda, el único camino para financiar la descarbonización global será a través del capital y el endeudamiento, perpetuando así las relaciones de dominación global. 

Origen del término "Plan Marshall"

El Plan Marshall, cuyo nombre oficial es European Recovery Program (ERP), emerge en la historia como una emblemática iniciativa de los Estados Unidos para auxiliar a la Europa Occidental devastada por la Segunda Guerra Mundial. Bajo el liderazgo y diseño de George Marshall, Secretario de Estado estadounidense y célebre general durante la guerra, este programa inyectó alrededor de 13.000 millones de dólares de aquel entonces en ayudas económicas para la reconstrucción del viejo continente.

Entre 1948 y 1952, este plan no solo buscaba revivir zonas destruidas por el conflicto, sino también eliminar barreras comerciales, modernizar la industria europea y retornar la prosperidad al continente. Estos objetivos no eran puramente altruistas: Estados Unidos quería contener la expansión del comunismo en una Europa que estaba cada vez más influenciada por este ideal.

Para conseguirlo, el Plan Marshall promovió la reducción de barreras interestatales, fomentó la regulación de negocios y alentó la innovación y productividad en diversos sectores. También incentivó la afiliación sindical y la adopción de nuevos y "modernos" modelos de negocio.

La distribución de la ayuda financiera se basó, en gran medida, en el tamaño y la necesidad económica de cada país. Las naciones más industrializadas, vistas como esenciales para la estabilidad y prosperidad europea, recibieron porciones significativas. El Reino Unido encabezó la lista con el 26% del total, seguido de Francia con el 18% y la naciente Alemania Occidental con el 13%. En total, 18 naciones europeas se beneficiaron. Sin embargo, la Unión Soviética, a pesar de las ofertas, rechazó la ayuda y también impidió la participación de otros países del bloque oriental.

El legado del Plan Marshall es complejo y a menudo debatido. Aunque fue un pilar de la ayuda financiera, muchos argumentan que Europa ya estaba en un camino de recuperación antes de su implementación. La contribución financiera, aunque considerable, representó menos del 3% del ingreso nacional combinado de los países receptores durante esos años.

Los Estados Unidos, reconociendo la importancia de tales iniciativas, implementaron programas similares en Asia, aunque con diferentes nomenclaturas.

La gestación del plan estuvo a cargo de destacados funcionarios del Departamento de Estado, con apoyo bipartidista en el escenario político estadounidense. El mismo Marshall subrayó la urgencia de este auxilio en un discurso en la Universidad de Harvard en 1946.

Desde entonces, el término "Plan Marshall" ha sido evocado en múltiples ocasiones para describir propuestas de rescate económico de gran envergadura, demostrando su influencia perdurable en la política y economía global.

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