“Irán debe hacer la paz ahora. Nuevos ataques serán mucho mayores”, fue la advertencia lanzada este sábado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante una alocución televisada tras el bombardeo a tres instalaciones nucleares iraníes. El mandatario estadounidense afirmó que la operación fue un “éxito militar espectacular” y aseguró que “aún quedan muchos objetivos” en territorio iraní.
Trump advirtió que Washington mantiene su capacidad operativa intacta y que el gobierno iraní aún tiene una ventana diplomática para evitar una nueva ofensiva. “Hemos demostrado que Estados Unidos puede actuar con precisión y contundencia. La elección está ahora en manos de Irán”, sostuvo desde la Casa Blanca, al cierre de una jornada marcada por el despliegue militar en Medio Oriente.
La operación militar se centró en tres puntos clave del programa nuclear iraní: Fordow, Natanz e Isfahán. Según fuentes citadas por la cadena Fox News, el ataque combinó el uso de entre cinco y seis bombas antibúnker GBU-57, lanzadas desde bombarderos B-2, con misiles Tomahawk disparados desde submarinos y destructores desplegados en el Golfo Pérsico.
Lea también: (Fordow, el búnker nuclear de Irán destruido por EE. UU.: defensas rusas, túneles secretos y uranio para armas)
Estas instalaciones ya habían sido objeto de ataques previos por parte de Israel, pero solo Estados Unidos posee armamento capaz de destruir búnkeres a gran profundidad. La GBU-57 puede penetrar hasta 60 metros de concreto reforzado antes de detonar, lo que la convierte en la única arma convencional capaz de alcanzar núcleos subterráneos como el de Fordow.
En su mensaje, Trump agradeció públicamente al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con quien aseguró haber trabajado “como un equipo”. Desde Jerusalén, Netanyahu calificó la operación como un “punto de inflexión histórico” y reiteró que la acción conjunta busca restablecer la disuasión frente al programa nuclear iraní.
Mientras tanto, las reacciones internacionales se dividen. Algunos gobiernos piden contención para evitar una escalada regional, mientras en Irán se espera una respuesta oficial. Analistas consideran que la reacción de Teherán será determinante para definir si el conflicto se amplía o si aún existe margen para una salida negociada.
Otras noticias