Bases de EE. UU., en alerta máxima tras bombardeo de Trump a instalaciones nucleares iraníes

Las bases militares de Estados Unidos en Medio Oriente fueron puestas en alerta máxima este sábado tras el ataque ordenado por el presidente Donald Trump contra tres instalaciones nucleares iraníes: Fordow, Natanz e Isfahán. El operativo, calificado por el mandatario como “altamente exitoso”, se realizó en medio de una creciente escalada militar entre Irán e Israel que ya completa nueve días de enfrentamientos.

La respuesta de Teherán no se hizo esperar. La televisión estatal iraní advirtió que “cada ciudadano o soldado estadounidense en la región es ahora un objetivo legítimo”, mostrando un mapa con las bases de EE. UU. bajo el titular “dentro del alcance del fuego iraní”. El mensaje fue directo para Trump: “Usted empezó esto, y nosotros lo terminaremos”. Según analistas, la magnitud de la represalia dependerá de cómo Irán evalúe el alcance real del ataque estadounidense.

Mientras tanto, el Pentágono refuerza la seguridad de las más de 47.000 tropas desplegadas en la región, distribuidas en países como Qatar, Kuwait, Irak, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. La posibilidad de que las bases sufran ataques con misiles o drones llevó a activar protocolos de emergencia. Las autoridades también temen una extensión del conflicto hacia otros intereses estadounidenses en Asia y Europa.

En el plano político, la operación militar ha sido duramente criticada por congresistas estadounidenses, quienes recordaron que Trump no cuenta con autorización del Congreso para declarar una guerra a Irán. El representante demócrata Don Beyer afirmó que “el Congreso no la ha autorizado”, mientras altos cargos del comité de inteligencia aseguraron no haber sido informados de la ofensiva. La legalidad de la acción presidencial empieza a generar un nuevo debate en Washington.

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Las tensiones diplomáticas se agravan mientras Irán mantiene su postura de no reanudar negociaciones nucleares bajo bombardeos. El canciller iraní rechazó cualquier diálogo mientras continúen los ataques, lo que debilita aún más las vías de desescalada propuestas por Europa. Turquía y otros aliados regionales advirtieron sobre el riesgo de un conflicto de escala mayor si las hostilidades no cesan de inmediato.

En medio de esta crisis, Trump lanzó un ultimátum: Irán tiene dos semanas para evitar una intervención militar directa. La ofensiva contra Fordow marca un punto de no retorno en el conflicto, al destruir la instalación subterránea más protegida del programa nuclear iraní. El mundo observa con preocupación la posibilidad de que la región entre en una nueva guerra prolongada, esta vez con EE. UU. directamente involucrado.

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