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Zulma Guzmán mejora en hospital de Londres y espera extradición por muerte en Bogotá de dos niñas con Talio
Tan pronto sea dada de alta en pocos días retornará a Colombia para responder en el caso.
A Zulma Guzmán Castro la buscaban por una historia que en Colombia dejó dos familias rotas y un expediente que, a fuerza de toxicológicos, trazas metálicas y registros de compra, terminó cruzando fronteras.
En Londres, sin embargo, no la encontraron por una diligencia judicial convencional, sino por una llamada de emergencia: una mujer en apuros sobre el puente de Battersea, al suroeste de la capital británica, y luego el golpe de realidad del agua del Támesis.
La cronología de ese episodio —la pieza que hoy determina el “estado de salud” como condición previa para cualquier trámite judicial— está en reportes de la Policía Metropolitana.
La alerta, según esa versión, se recibió a las 06:45 de la mañana del martes 16 de diciembre. Minutos después, la Unidad de Policía Marina recuperó a una mujer “de unos 50 años” del agua a las 07:14 y la trasladó a un hospital.
En ese mismo parte, citado por medios, se indicó que las lesiones no fueron consideradas de riesgo vital.
Hasta ahí, lo clínico parece descrito con el lenguaje prudente de un comunicado: traslado, valoración, lesiones “no mortales”.
Pero el caso se volvió más específico en la narrativa que circuló en Colombia: de acuerdo con fuentes consultadas su condición era “delicada” y estaba inconsciente, lo que explicaría por qué no se le ha podido notificar formalmente el requerimiento internacional y por qué el procedimiento se encuentra, en la práctica, suspendido en la puerta de un centro asistencial.
Esa es la clave del momento: el proceso avanza según la evolución médica que según los últimos reportes clínicos Guzmán se recupera y está fuera de peligro.
En Colombia, la Fiscalía ha sostenido que la notificación no se ha hecho efectiva mientras ella permanezca en un centro asistencial y que, una vez supere las dificultades de salud, reciba el alta y pueda ser formalmente notificada por autoridades británicas, se consolidará la solicitud de extradición para que comparezca ante la investigación en su contra.
El episodio del Támesis también introdujo una pregunta inevitable en la evaluación de su estado: no solo qué tan grave está, sino qué ocurrió exactamente antes de caer al río.
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En la reconstrucción que recogen medios colombianos, aparece como hipótesis si se trató de un intento de autolesión.
Se reseñó que, además de presentar lesiones que no pondrían en riesgo su vida, las autoridades contemplaban esa posibilidad en el análisis de lo ocurrido cerca del puente o en inmediaciones del río.
Mientras ella permanece hospitalizada, el caso que la persigue sigue siendo el mismo que estremeció a Bogotá en abril: dos menores murieron tras consumir frambuesas cubiertas de chocolate contaminadas con talio —un metal altamente tóxico—, y otras personas resultaron afectadas.
En esa historia, la justicia colombiana la ubica como principal sospechosa de haber coordinado el envío, tesis que ella ha negado.
La paradoja es que, por ahora, el punto más determinante no está en el expediente sino en la cama de hospital.
La secuencia judicial depende de un parte médico: cuando esté en condiciones de comparecer, la captura podrá formalizarse y el procedimiento de extradición empezará a correr en serio ante las autoridades competentes en el Reino Unido.
Según los primeros estimativos por la muerte de los mejores Zulma Guzmán se expone a una pena superior a los 50 años de prisión.
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