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Confesión de un coronel sobre cómo se ejecutaban 'falsos positivos'
El coronel Gabriel de Jesús Rincón ha confesado cómo se ejecutaban los 'falsos positivos' después de estar durante 22 años en el Ejército. Algunas de las confesiones era que las víctimas eran engañadas, se les ofrecía "dinero rápido", se embriagaban para posteriormente asesinarlas.
Dos eran las personas que reclutaban a las víctimas, movilizaban a las víctimas hasta Ocaña en un bus y la Unidad Espada se ocupaba de asesinarlos, es una de las explicaciones del coronel. "Nunca entré a explicarles, lo único que les dije: van a salir a esta operación, les van a acomodar y a entregar unas personas y ustedes ya saben qué es lo que tienen que hacer", expuso el militar a AFP.
De esta forma, el Rincón no mantenía un trato directo con las personas. La "organización criminal" la conformaban dos hombres y un sargento. Una de las víctimas fue Víctor Gómez y tenía 23 años, estaba acompañado de Jader Palacio y Diego Tamayo. La madre de Gómez explica que "los emborracharon y los llevaron hacia un falso retén del ejército y allí los reclutadores los entregaban. Al otro día amanecían muertos".
Después del engaño de un "dinero rápido", las víctimas eran presentadas como miembros de una banda criminal con "un tiro en la frente, un tiro de gracia", describe la madre que recibie protección oficial por amenazas en su contra por "buscar la verdad".
Por su parte, la Fiscalía ha conocido 2.248 "falsos positivos" entre 1988 y 2014. El 59% de las ejecuciones ocurrió entre 2006 y 2008 bajo el mandato del ahora senador Uribe (2002-2010). De la siguiente forma era entonces como se pedían los 'resultados':
¿Cómo, mi general? Entonces él me dice: ¿Cuántos muertos va a poner? Le dije, pero muertos de dónde, yo no tengo ninguna funcionalidad operacional. Entonces él, no sé si de forma jocosa pero sí directa, me dijo: ¿Y por qué no saca unos tipos allá de la morgue, los viste con uniforme y los reporta como resultados?", explica Rincón.
Para cuando fue su reencontró con Montoya, Rincón ya había sido asignado a la brigada móvil. "Ahora sí va a saber qué es la guerra, ahora sí le va a aportar a la guerra", asegura que le expresó Montoya, jefe del ejército entre 2006 y 2008. De esta forma, el 'aporte a la guerra' tenía una lista de "top 10" de las unidades militares en el que los éxitos se medían exclusivamente por muertos. Si alguien no "estaba dando resultados, tenía que irse de la institución", añade el coronel.
Actualmente, el coronel Rincón está en la JEP, donde se investigan los peores crímenes cometidos por guerrilleros y militares durante el conflicto en Colombia que dejó ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados. Después de pedír perdón en 2018, quedó en libertad temporalmente a cambio de contar la verdad y reparar a sus víctimas.
Sin embargo, desde noviembre recibió protección estatal luego de que fallara un atentado en su contra mientras visitaba a su hermano. De la misma forma, su abogada Tania Parra también ha sido amenazada y 20 de los 219 militares que hacen parte de proceso tienen vigilancia por estár amenazados.