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Nueva ruta de migración por el Pacífico amenaza los derechos humanos de migrantes en Chocó

La Defensoría del Pueblo alertó sobre una ruta migratoria inversa desde Panamá que deja a decenas de personas —incluidos niños sin identificación— abandonadas en Juradó y Bahía Solano, sin garantías ni control institucional.

Migraciones Defensoría del Pueblo
Por Agencia Periodismo Investigativo | Jue, 29/05/2025 - 07:52 Créditos: Imagen tomada de Defensoría del Pueblo

Una nueva ruta migratoria, ahora por el océano Pacífico, está dejando a decenas de personas migrantes —muchas de ellas niñas, niños y adultos sin identificación— en condiciones de extrema vulnerabilidad en los municipios chocoanos de Juradó y Bahía Solano. Así lo denunció la Defensoría del Pueblo tras una visita de verificación a la frontera entre Colombia y Panamá.

El hallazgo se enmarca en el seguimiento a la Alerta Temprana Binacional Colombia-Panamá 001 de 2023, que identificó un nuevo flujo migratorio inverso desde Centroamérica, compuesto por personas que no lograron continuar su ruta hacia Estados Unidos y ahora buscan retornar por vía marítima hacia Colombia. La mayoría son transportadas desde el corregimiento Jaqué, en el Darién panameño, con la promesa de llegar a Buenaventura (Valle del Cauca), pero son abandonadas antes, en zonas sin control estatal ni capacidades institucionales suficientes.

“Encontramos que niñas y niños vienen con personas adultas que no son sus padres, pero tampoco familiares, además de que no tienen identificación. Esto pone en riesgo la integridad de los menores, sujetos de especial protección constitucional”, advirtió la Defensora del Pueblo, Iris Marín Ortiz.

Según la entidad, cada día llegan entre 20 y 40 personas migrantes a Juradó, muchas de ellas hospedadas en hostales precarios o durmiendo en espacios públicos como parques y andenes. En Bahía Solano, la situación es similar. Ninguno de estos municipios cuenta con la infraestructura necesaria para atender esta emergencia humanitaria incipiente.

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Además de la desprotección infantil, preocupan la presencia de personas con discapacidad, migrantes que no hablan español y la amenaza latente de grupos armados ilegales que controlan parte del territorio.

La Defensora instó a las autoridades colombianas a redirigir esfuerzos institucionales hacia esta nueva ruta migratoria: “Como esta ruta no existía, todos los esfuerzos estaban enfocados en el Caribe. Es urgente que se tomen medidas humanitarias inmediatas para evitar que esta situación escale en una crisis mayor”.

Finalmente, hizo un llamado al gobierno panameño para reforzar los controles migratorios en su territorio, especialmente en las zonas contempladas en la alerta binacional, como los distritos de Pinagona y Chepigana, y las comarcas Emberá Wounan y Guna Yala. El objetivo es garantizar los derechos fundamentales de las personas migrantes en ambos lados de la frontera.

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