Gobierno decreta nuevo paquete de impuestos por emergencia económica

El Gobierno nacional expidió un nuevo paquete de medidas tributarias con el que busca recaudar $11 billones para cubrir un faltante fiscal estimado en $16,3 billones. La decisión se adopta luego del hundimiento de la Ley de Financiamiento en el Congreso y en medio de crecientes presiones por gasto en salud, seguridad, subsidios y atención de desastres naturales.

Las medidas impactan directamente el consumo, el patrimonio, el sector financiero, el comercio electrónico, las apuestas online y actividades del sector minero-energético, con incrementos y nuevos gravámenes que buscan ampliar la base de recaudo en el corto plazo.

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Uno de los mayores efectos recaerá sobre el consumo de licores, cigarrillos y bienes de lujo. El IVA para licores y vinos sube a 19%, y se incrementa el impuesto al consumo con un componente específico de $750 por grado de alcohol y un 30% ad valorem sobre el precio de venta al público, antes de impuestos y/o participación, certificado por el Dane. 

Para los cigarrillos, se crea un impuesto específico de $11.200 por cajetilla de 20 unidades, y por primera vez se grava con mayor fuerza a vapeadores y cigarrillos electrónicos, con una tarifa de $2.000 por mililitro de líquido más un 30% adicional sobre el precio certificado por el Dane. Además, se establece un Impuesto Nacional al Consumo del 19% para bienes de lujo como yates, barcos, aeronaves y motocicletas de alto cilindraje.

En materia de patrimonio, a partir de 2026 el impuesto se causará a personas con patrimonio líquido igual o superior a 40.000 UVT al 1 de enero de ese año, calculado como el valor total de los bienes menos las deudas vigentes. La tarifa será progresiva: hasta 40.000 UVT no se paga; entre 40.000 y 70.000 UVT, 0,5%; entre 70.000 y 120.000 UVT, 1%; entre 120.000 y 240.000 UVT, 2%; entre 240.000 y 2 millones de UVT, 3%; y para patrimonios superiores a 2 millones de UVT, la tarifa marginal llegará hasta 5%.

El sector financiero también asumirá una mayor carga, ya que los bancos enfrentarán una sobretasa de 15 puntos en el impuesto de renta, elevando su tarifa total al 50%.

El paquete introduce cambios relevantes para el comercio digital y las apuestas por internet. En este último caso, la base gravable será el ingreso real del juego, es decir, el total apostado menos los premios pagados durante cada bimestre. En paralelo, se elimina la exención de IVA para importaciones de bajo costo de hasta US$200: desde ahora, solo las compras inferiores a US$50 estarán libres del impuesto, afectando a plataformas internacionales de e-commerce.

En el sector minero-energético, se crea un impuesto del 1% sobre la primera venta o exportación de petróleo crudo y carbón. Asimismo, se ratifica que las regalías no podrán deducirse como costo o gasto en el impuesto de renta, salvo en casos específicos de pérdida fiscal.

Según el Gobierno, las medidas responden a una “situación fiscal agravada”, producto de la ausencia de nuevas fuentes de financiamiento aprobadas por el Congreso, las obligaciones en salud ordenadas por la Corte Constitucional, la crisis de subsidios eléctricos —especialmente en la región Caribe— y los costos asociados a la ola invernal.

El ministro de Hacienda, Germán Ávila, señaló que con estas alzas se espera recaudar más de $10 billones para cubrir el hueco que dejó la caída de la tributaria en el Senado, aunque advirtió que no será suficiente para atender todas las necesidades presupuestales de 2026. Frente a las dudas sobre el impacto en el déficit, el jefe de la cartera aseguró que la sostenibilidad fiscal exige incrementar el recaudo tributario, razón por la cual el Gobierno declaró la emergencia económica y decretó estos nuevos mecanismos.

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