Publicidad

 
Publicidad

Por qué Junior y Tolima se perfilan para disputar la final de la Liga BetPlay 2025-II

Sería la final anticipada ante los recientes resultados.

Final de la Liga BetPlay 2025-II será entre el club pijao y el equipo tiburón.
Por Agencia Periodismo Investigativo | Vie, 05/12/2025 - 06:49 Créditos: Final de la Liga BetPlay 2025-II será entre el club pijao y el equipo tiburón. Suministrada

En la noche de la quinta fecha de los cuadrangulares, el mapa del fútbol colombiano quedó prácticamente trazado. En el Grupo B, Deportes Tolima aseguró su cupo en la final con un empate en Bucaramanga; en el Grupo A, Junior de Barranquilla tomó el control de la clasificación con una victoria sobre América que lo dejó como líder sólido y dependiendo solo de sí mismo.

Sobre ese doble movimiento deportivo se sostiene hoy la sensación dominante: la Liga BetPlay 2025-II se encamina a una final entre el club pijao y el equipo tiburón.

El contexto numérico respalda esa percepción. En la tabla de los cuadrangulares, Tolima manda en el Grupo B con 11 puntos en cinco partidos, producto de tres victorias y dos empates, sin derrotas, con cuatro goles a favor y apenas uno en contra.

Junior, por su parte, lidera el Grupo A también con 11 puntos en cinco jornadas, invicto, con tres triunfos y dos empates, siete goles anotados y cuatro recibidos.

La foto es casi simétrica: dos equipos que supieron administrar ventajas, cerrar partidos y sostener una regularidad que sus rivales no lograron.

Más allá del corte de los cuadrangulares, el torneo ya venía insinuando este desenlace. En la reclasificación anual, Deportes Tolima aparece como el equipo más consistente del 2025, con 92 puntos, seguido por Medellín, Nacional y Santa Fe. Junior, aunque más atrás, se mantiene en el lote alto con 81 unidades, compartiendo ese escalón con América y por encima de otros históricos como Millonarios.

La final que hoy se perfila no es producto de una racha corta sino de un año de acumulación de resultados y de procesos relativamente estables. La consolidación de Tolima como finalista no fue un accidente.

El club llegó a los cuadrangulares como cabeza de serie del Grupo B, condición que le otorgaba ventaja deportiva en caso de empate en puntos, y desde la primera fecha mostró una hoja de ruta clara: ganar por la mínima cuando el partido lo pedía, defender con rigor y jugar con el margen que le daba la tabla. Las victorias ante Fortaleza y Santa Fe, sumadas a los empates con Bucaramanga, lo dejaron inalcanzable a falta de una jornada.

Detrás de ese rendimiento hay un proyecto deportivo que se viene ajustando desde mediados de año. Tolima cambió de entrenador en junio: Ismael Rescalvo salió y el club apostó por Lucas González, mientras que la estructura se reforzó con la llegada del español Ángel Luis Catalina como director deportivo, con experiencia en proyectos de largo aliento en Europa y Centroamérica.

Esa combinación de planificación y continuidad explica en buena parte cómo el equipo de Ibagué se ha vuelto un habitual de las instancias decisivas: con la clasificación a esta final, Tolima se convirtió en el club con más finales de Liga BetPlay disputadas en la década de 2020, con cinco definiciones desde 2021, una cifra que ningún otro equipo del país ha igualado en ese periodo.

El estilo que sostiene ese recorrido no es estridente, pero sí efectivo. En el todos contra todos de este Finalización 2025, Tolima fue un visitante incómodo, capaz de ganar en plazas complejas como Rionegro o Bogotá, y en casa mantuvo una línea de resultados que lo mantuvo en la parte alta hasta asegurarse el liderato general.

En los cuadrangulares, el libreto se afianzó: bloque defensivo corto, líneas juntas, laterales que se sueltan solo cuando el contexto lo permite y un equipo que rara vez se parte.

Junior quedó a un paso de la final tras imponerse al América y asumir el liderato del Grupo A. Tomada de X: @JuniorClubSA

Los marcadores estrechos del Grupo B no hablan de un conjunto timorato, sino de uno que calcula y asume pocos riesgos, consciente de que su fortaleza está en la acumulación de pequeños márgenes a favor.

Al otro lado del cuadro, Junior construyó su candidatura a partir de un giro de timón en el banquillo. Después de la salida de César Farías en junio, el club apostó por Alfredo Arias como técnico para el segundo semestre.

El arranque fue, más que una revolución, una reconstrucción silenciosa: ajustes en la estructura defensiva, búsqueda de sociedades en el medio campo y una apuesta por recuperar la intensidad del Metropolitano como factor diferencial.

El calendario le presentó pruebas exigentes y, en partidos de cierre del todos contra todos, Junior se dio el lujo de derrotar a Atlético Nacional en Barranquilla, resultado que reforzó la idea de que el equipo estaba en condiciones de pelear el semestre.

La fase de cuadrangulares terminó de perfilar al Junior candidato. Compartió grupo con Nacional, América y Medellín, un cuadrangular con tres tribunas pesadas y buenas nóminas, pero fue el conjunto barranquillero el que logró la combinación más valiosa: resultados y manejo emocional en los partidos clave.

Los triunfos ante Nacional y América, ambos por 2-1, lo impulsaron a la cima del Grupo A y, de paso, dejaron contra las cuerdas a dos de los llamados favoritos.

Hoy, la tabla muestra a Junior como líder con 11 puntos, seguido por Nacional con 8, América con 5 y Medellín con 2.

Lea también: (Presunta responsable de la muerte de dos menores con talio habría tenido vínculos con la familia de una de las víctimas)

Las cuentas para la última fecha refuerzan la idea de que el equipo de Arias es el máximo candidato a acompañar a Tolima en la final.

Junior solo necesita un punto frente a Independiente Medellín para clasificar, mientras que Nacional está obligado a ganar por al menos dos goles a América y a que Junior pierda, con un margen que le permita superar la diferencia de gol.

Es decir, el escenario en el que el conjunto antioqueño llega a la serie por el título existe, pero requiere una combinación de resultados y marcadores que, por probabilidad y por tendencia reciente, lo coloca por detrás del cuadro barranquillero.

Si se mira el comportamiento de ambos equipos en los cuadrangulares, la candidatura conjunta de Junior y Tolima se apoya en un rasgo común: la solidez.

En cinco fechas, Tolima solo ha permitido un gol; Junior, cuatro. Ninguno ha perdido, ambos han sabido remontar y sostener ventajas, y han administrado los momentos de presión sin caer en desorden. Esa capacidad para competir bajo tensión es, en torneos cortos, casi tan decisiva como la nómina.

También pesa el factor historial. Tolima llega a esta instancia con la memoria fresca de finales ganadas y perdidas en los últimos años, pero con una experiencia acumulada que lo ha convertido en un equipo acostumbrado a convivir con la expectativa del título.

Junior por su parte, tiene en su escudo la décima estrella obtenida en el Finalización 2023 y un pasado reciente de finales disputadas, lo que refuerza en la hinchada y en el plantel la idea de que el club está llamado a pelear la liga en ciclos cortos.

Cuando ambos nombres aparecen en la misma proyección de título, el relato deportivo encuentra un hilo lógico: un equipo que vive su era más estable en finales y otro que ha hecho de las definiciones un hábito generacional.

El trayecto de este semestre añade matices a esa lectura. Tolima llegó a los cuadrangulares con la ventaja de ser cabeza de serie y con el respaldo de la reclasificación, pero igualmente tuvo que resolver partidos complejos para llegar con la clasificación asegurada a la última jornada.

Bucaramanga lo exigió hasta el final, Santa Fe lo llevó a escenarios cerrados y Fortaleza, pese a su papel de sorpresa, le planteó partidos físicos.

La diferencia estuvo en la administración de los detalles: un gol a tiempo, un cierre de partido sin concesiones, una defensa que no se descompone.

Junior, en cambio, reconstruyó su candidatura a partir de la adversidad. Compartir cuadrangular con Nacional y América, ambos con presión alta de resultados, suponía partidos cargados y tribunas capaces de empujar al límite.

Sin embargo, el equipo barranquillero ganó el duelo directo con Nacional, golpeó a América en casa y mantuvo un piso competitivo en sus visitas.

A falta de una jornada, esa combinación de eficacia y temple lo tiene con la primera opción de llegar a la “finalísima”, como lo describen algunos análisis especializados.

En el horizonte inmediato, Tolima ya trabaja con la ventaja que le da estar clasificado, ajustar cargas físicas y revisar variantes para la serie definitiva.

Junior, mientras tanto, debe completar la tarea en Medellín, en un Atanasio Girardot que ya vivió finales recientes y que se ha convertido en escenario recurrente de definiciones en el fútbol colombiano.

Si el equipo de Arias consigue el punto que necesita, se configurará una final que, más que una sorpresa, sería la consecuencia de un semestre donde ambos clubes marcaron el paso en resultados, funcionamiento y manejo de los momentos clave.

Por eso, cuando se habla hoy de los máximos candidatos a disputar la final de la Liga BetPlay 2025-II, el abanico de posibilidades es más reducido de lo que sugiere la matemática fría.

Tolima ya tiene su lugar asegurado; Junior está a un resultado de acompañarlo.

El resto son hipótesis que necesitan un giro brusco del guion. Si nada extraordinario ocurre en la última fecha, el desenlace natural del torneo será una serie entre el equipo que domina la década en número de finales y el club que, desde Barranquilla, ha aprendido a moverse con naturalidad en el territorio donde se reparten las estrellas.

Otras noticias

 


 

Etiquetas