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Parque automotor en Colombia supera los 17,5 años de uso
Un informe de Aladda revela que fenómenos se agrava por la falta de políticas de renovación, el alto costo del crédito y la confianza en vehículos usados que han demostrado ser resistentes.
Colombia encendió nuevamente las alarmas en materia de movilidad y calidad del aire: el país tiene la flota de vehículos más vieja de toda Latinoamérica. Un informe de la Asociación Latinoamericana de Distribuidores de Automotores (Aladda), con datos de 2025, confirmó que la edad promedio del parque automotor ya supera los 17,5 años, una cifra que evidencia el rezago en modernización frente al resto de la región.
El país cuenta con una flota cercana a los 19,9 millones de vehículos, pero el ritmo de renovación es tan bajo que la brecha con otros mercados se hace cada vez más evidente. Chile, por ejemplo, lidera con la flota más moderna del continente, alcanzando un promedio de 11,9 años. Costa Rica destaca por su alto nivel de compra de vehículos nuevos, con 14,4 unidades por cada 1.000 habitantes, mientras México mantiene 42 millones de vehículos en circulación sin registrar el nivel de envejecimiento que enfrenta Colombia.
Para Pedro Nel Quijano, presidente de Aconauto, el problema tiene raíces profundas: la ausencia de una política pública que incentive el recambio vehicular. “Esta obsolescencia es el resultado de la ausencia de un programa de fomento que permita sustituir el circulante con tecnologías modernas, ya sean de combustión o electrificadas”, explicó en declaraciones recogidas por El Carro Colombiano. Sin incentivos, créditos accesibles o facilidades para entregar un vehículo viejo y adquirir uno nuevo, la mayoría de propietarios simplemente no puede cambiar de carro.
A este escenario se suman los altos costos del mercado y las dificultades para acceder a financiamiento, lo que obliga a muchos colombianos a seguir apostando por modelos usados. La confiabilidad mecánica se volvió determinante en un país donde un daño en el carro puede afectar todo el presupuesto familiar.
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Un reciente informe de Consumer Reports, basado en las experiencias de más de 150.000 propietarios de vehículos fabricados entre 2015 y 2020, confirmó la preferencia de los colombianos por las marcas japonesas. Lexus, Toyota, Mazda, Honda y Acura lideran el ranking de confiabilidad gracias a su enfoque en mejoras progresivas, lo que se traduce en menos fallas graves con el tiempo. En Colombia, no es raro escuchar afirmaciones como “un Toyota viejo todavía tiene mucha vida”, algo que refleja la cultura de extender la vida útil de los vehículos todo lo posible.
En contraste, marcas como Chrysler, Dodge y Tesla ocuparon los últimos lugares en confiabilidad según el mismo estudio, lo que influye en la percepción de los compradores de usados, quienes suelen evitar apuestas mecánicas que pueden resultar costosas.
El deterioro del parque automotor tiene efectos claros: mayor riesgo de fallas mecánicas, más emisiones contaminantes y un impacto directo en la seguridad vial. Mientras tanto, la falta de políticas de renovación sigue siendo el obstáculo principal para modernizar la movilidad del país.
La discusión vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de un programa nacional que permita avanzar hacia una flota más limpia, segura y eficiente, un desafío que Colombia ha postergado durante años y que hoy cobra más relevancia que nunca.
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