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¿Quién es alias El Costeño?: sus vínculos con disidencias de Farc y su rol en el atentado contra Miguel Uribe

Señalado como autor intelectual del ataque, revelaciones de alias Gabriela sobre alias El Costeño, perfil, prontuario criminal y testimonios que lo vinculan con el atentado.

Miguel Costeño
Por Agencia Periodismo Investigativo | Sáb, 05/07/2025 - 08:59 Créditos: Red social X @MiguelUribeT y Fiscalía General / Senador Miguel Uribe y alias 'costeño / montaje API

Elder José Arteaga Hernández, conocido con el alias de El Costeño, fue identificado por las autoridades colombianas como el principal articulador del atentado perpetrado el 7 de junio de 2025 contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. Arteaga, de aproximadamente 40 años y oriundo de San Pedro de Urabá, Antioquia, fue capturado el 5 de julio en una vivienda de la localidad de Engativá, en Bogotá, luego de una intensa operación de inteligencia y seguimiento.

Su detención se produjo tras la emisión de una circular roja por parte de Interpol, que activó su búsqueda en más de 190 países por los delitos de tentativa de homicidio agravado, utilización de menores de edad en actividades delictivas y porte ilegal de armas de fuego. El Gobierno ofrecía una recompensa de 300 millones de pesos por información que permitiera su localización.

Según información oficial de la Policía Nacional y de la Fiscalía General de la Nación, alias El Costeño tenía un historial delictivo que se extendía por al menos dos décadas. Durante ese tiempo fue capturado en cuatro ocasiones, principalmente por delitos relacionados con el microtráfico en Bogotá.

Las autoridades lo describen como un actor de relevancia dentro de redes del crimen organizado que operan en la capital del país, y que estarían vinculadas a economías ilegales, sicariato y tráfico de estupefacientes.

Uno de los elementos más relevantes en la investigación ha sido el testimonio de Katerine Andrea Martínez Martínez, conocida como alias Gabriela, quien fue capturada y se convirtió en una de las principales fuentes de información para los investigadores.

En sus declaraciones, entregadas bajo interrogatorio, Gabriela proporcionó detalles clave sobre la planeación, ejecución y encubrimiento del atentado.

Según su relato, fue El Costeño quien la contactó directamente para encomendarle una tarea específica: debía entregar un arma de fuego tipo Glock 9 mm, con silenciador, a un joven de 15 años reclutado para ejecutar el ataque contra el político.

Alias Gabriela confesó que recibió instrucciones precisas y que todo el plan estaba orientado a atentar contra la vida del precandidato durante un acto público en el sur de Bogotá.

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De acuerdo con el testimonio, El Costeño le había explicado que la tarea era una “vuelta suicida” y que el adolescente recibiría una suma de dinero por llevarla a cabo.

El pago prometido ascendía a 10 millones de pesos si lograba asesinar a Miguel Uribe Turbay, o 600.000 pesos si solo lo hería. Gabriela aseguró que fue ella quien llevó el arma hasta el lugar de los hechos y la puso en manos del menor, siguiendo las instrucciones que le había dado Arteaga Hernández.

Además, relató que luego del atentado, ambos huyeron y se refugiaron en distintos puntos de la ciudad, hasta que El Costeño organizó su desplazamiento hacia el departamento de Caquetá.

Durante los interrogatorios, Gabriela afirmó que alias El Costeño tenía previsto recibir protección de una estructura armada ilegal ubicada en el sur del país.

Habría manifestado que contaba con contactos en una disidencia de las FARC que opera en esa zona, quienes no solo le brindarían seguridad sino que le ofrecerían entrenamiento avanzado en el uso de drones y técnicas de francotirador.

Esta conexión con las disidencias guerrilleras ha sido uno de los puntos más sensibles en el avance del caso, pues indicaría la existencia de vínculos operativos entre bandas urbanas y estructuras ilegales que aún mantienen control territorial en regiones rurales.

El relato de Gabriela también reveló aspectos de la relación personal que tuvo con El Costeño. Según indicó, ambos compartieron espacios de confianza durante la planeación del atentado, y aunque lo describió como un vínculo “de trabajo”, reconoció que hubo cierto grado de acercamiento emocional.

Dijo que El Costeño le manifestaba que ella le parecía una mujer atractiva, lo cual habría generado una relación ambigua entre subordinación y cercanía personal.

Las declaraciones de alias Gabriela han sido fundamentales para establecer el nivel de responsabilidad de El Costeño en el ataque, así como para reconstruir los movimientos logísticos del grupo criminal que participó en la acción.

En sus versiones ante la Fiscalía, también señaló a otros actores que estarían implicados, aunque por ahora las autoridades mantienen en reserva sus identidades, debido a que continúan ejecutando operativos y capturas adicionales.

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