Empresario al borde de la quiebra: reporta pérdidas por baja asistencia a eventos privados durante la Feria de Cali

Un empresario del sector de espectáculos en Cali atraviesa una compleja situación financiera tras registrar una asistencia muy por debajo de lo proyectado en eventos organizados durante la Feria de Cali, una de las festividades más importantes del país. El caso ha puesto sobre la mesa los riesgos económicos que enfrentan promotores privados en medio de una agenda cultural altamente competitiva.

Se trata de Totumazoo Eventos, empresa que programó una serie de conciertos en el espacio denominado La Carpa – Feria del Norte, ubicado en la antigua sede de la 14 de Calima. De acuerdo con el organizador, la expectativa era recibir cerca de 3.000 personas por jornada, pero hasta ahora la asistencia no ha superado las 200, una cifra que no permite cubrir los costos operativos.

La programación, prevista entre el 27 y el 30 de diciembre, incluye artistas de distintos géneros, entre ellos Giancarlo Centeno, Daniel Calderón, Papo Sánchez, Luisito Muñoz, Hermanos Lebrón, Reni Alemán y Los 50 de Joselito, en una apuesta por atraer públicos diversos durante los días centrales de la Feria.

Con el objetivo de incentivar la participación, los organizadores fijaron precios de boletería entre los $25.000 y los $100.000. Sin embargo, la estrategia no ha sido suficiente para compensar el impacto de una oferta cultural amplia, que incluye conciertos masivos y eventos gratuitos promovidos por el sector público y grandes patrocinadores.

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Según explicó la empresa a medios locales, los costos de operación se mantienen altos pese a la baja taquilla. Entre los principales rubros se encuentran los honorarios de los artistas, producción técnica, sonido, iluminación, logística, permisos y contratación de personal, gastos que deben asumirse independientemente del número de asistentes.

El empresario atribuye la baja afluencia a varios factores, entre ellos la saturación de eventos en la ciudad durante la Feria, la competencia directa con espectáculos de gran formato y una menor visibilidad publicitaria frente a propuestas con mayor respaldo institucional o comercial.

La situación ha generado reacciones entre ciudadanos y sectores culturales, algunos de los cuales han expresado solidaridad con el organizador y han señalado la importancia de respaldar iniciativas privadas que también hacen parte del ecosistema cultural de la ciudad.

Por ahora, el empresario advierte que, de mantenerse el nivel de asistencia actual, el proyecto podría volverse inviable financieramente, lo que abriría un nuevo debate sobre la sostenibilidad de los eventos privados en contextos de alta concentración de oferta cultural como la Feria de Cali.

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