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Sindicato de Prisa evidencia masacre laboral en Caracol Radio y sus emisoras filiales, grupo tiene millonaria deuda

La organización de trabajadores pide cesar con los despidos colectivos de periodistas y otros empleados. Deuda de Prisa en España llega a los 800 millones de euros.

Imagen corporativa de Caracol Radio
Por Agencia Periodismo Investigativo | Jue, 27/11/2025 - 12:25 Créditos: Imagen corporativa de Caracol Radio. Tomada de Caracol Radio

El Sindicato Nacional de Trabajadores de Prisa Media, Sinprisa, expidió un comunicado en donde denuncia masacre laboral en Caracol Radio.

El comunicado señala que: “La organización sindical SINPRISA denuncia ante la opinión pública el grave deterioro laboral que se vive actualmente en Caracol Radio, producto de los despidos masivos, arbitrarios y sistemáticos que la empresa ha venido ejecutando en distintas áreas y ciudades del país.

Lo que está ocurriendo no es un simple reajuste interno: es un ataque directo a la estabilidad laboral, a la libertad sindical y al derecho fundamental al trabajo de quienes durante años han sostenido, con profesionalismo y compromiso, el prestigio informativo de este medio de comunicación.

Las decisiones adoptadas por PRISA MEDIA revelan un modelo empresarial que prioriza la reducción de costos por encima de la dignidad humana y del deber social que tiene un medio de comunicación en una democracia. 

Desde SINPRISA:

Rechazamos de manera categórica los despidos masivos en Caracol Radio

Exigimos la inmediata detención de estas medidas, la revisión de cada caso y el restablecimiento de las garantías laborales vulneradas.

Alertamos a las autoridades laborales para que intervengan y verifiquen el cumplimiento de la normatividad vigente, estabilidad laboral y acciones antisindicales.

Convocamos a la opinión pública, a los gremios, y a las organizaciones sindicales a mantenerse vigilantes y a rodear esta causa que afecta no solo a quienes fueron despedidos, sino a toda la industria de los medios.

PRISA MEDIA debe recordar que la comunicación es un servicio esencial para la sociedad, y que su legitimidad se sustenta en el respeto a los trabajadores que hacen posible la información diaria.

No puede existir periodismo libre si quienes lo ejercen lo hacen bajo el temor permanente de perder su empleo. SINPRISA continuará en movilización y en defensa irrestricta  del trabajo digno, de la estabilidad laboral y del respeto a los derechos laborales en LA W, CARACOL RADIO y en todo el grupo PRISA MEDIA.

Es de anotar que esta reestructuración laboral no fue informada ni consensuada con el Sindicato Sinprisa”. puntualizó la organización sindical en su comunicado.

Comunicado del sindicato de Prisa Media. Tomada de Sinprisa
Comunicado del sindicato de Prisa Media. Tomada de Sinprisa

 

En Colombia Prisa es administrado por Gustavo Serpa a través de Fondo Amber en representación del ciudadano francés Joseph Marie Oughourlian, accionista mayoritario del grupo.

Grupo prisa y sus deudas

La deuda del Grupo Prisa en España ha sido durante años uno de los principales focos de preocupación para inversores, bancos y reguladores.

Aunque la compañía ha avanzado en la reducción del apalancamiento y ha logrado extender vencimientos clave, sigue cargando con un volumen elevado de obligaciones financieras que condiciona su estrategia y su capacidad de inversión.

Según la propia Promotora de Informaciones, matriz de Prisa, al cierre de 2024 la deuda financiera neta se situaba en unos 750 millones de euros, tras una reducción de 82 millones en el año, lo que supone un descenso del 10 % y el nivel de apalancamiento más bajo desde 2005.

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La ratio deuda neta/EBITDA quedó en 3,97 veces, con un EBITDA de 185 millones y un margen del 20,1 %.Esta mejora se alcanzó en un contexto de presión sobre los ingresos por tipo de cambio y por la ausencia de ciertos negocios extraordinarios en Latinoamérica, pero con una fuerte generación de caja y mejora operativa tanto en Santillana como en Prisa Media.

El esfuerzo de desapalancamiento se apoya en varias operaciones financieras. En enero de 2023 el grupo emitió 130 millones de euros en obligaciones convertibles, de los que 110 millones se destinaron a amortizar deuda junior, reduciendo la deuda bancaria neta desde 856 a 801 millones de euros y mejorando la ratio deuda neta/EBITDA de 6,2 a 5 veces.

En 2024 se lanzó una nueva emisión de obligaciones subordinadas necesariamente convertibles por 100 millones de euros, con los que se amortizaron 50 millones de deuda junior adicional y se redujo el tramo más caro de la financiación: el coste alto asociado a esa deuda pasó de 185 millones en abril de 2022 a solo 39 millones en 2024.

El mapa actual de la deuda de Prisa se reparte principalmente entre financiación bancaria sindicada (tramos “super senior” y “senior”), líneas de crédito ligadas a su operativa diaria, emisiones de obligaciones convertibles y pasivos por arrendamientos recogidos bajo la norma NIIF 16.

La documentación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) detalla que el grupo dispone de una financiación “Super Senior Term & Revolving Facilities Agreement” con un límite de hasta 240 millones de euros para atender necesidades operativas, de los que 200 millones estaban dispuestos a 31 de diciembre de 2024.

Sobre estos instrumentos se superponen garantías compartidas entre acreedores super senior, senior y, hasta su cancelación, junior, con prioridad de cobro para los primeros en caso de incumplimiento.

La estructura de vencimientos ha sido uno de los frentes críticos. Tras una primera gran refinanciación en 2020–2022, que extendió plazos a 2026 y 2027 y reorganizó el préstamo sindicado en distintos tramos,el grupo volvió a negociar con la banca en 2025.

En mayo de ese año anunció una novación de los acuerdos de financiación que extiende el vencimiento de la deuda súper senior a junio de 2029 y el de la deuda senior a diciembre de 2029, actualiza el coste de la financiación, amplía la capacidad super senior en 50 millones y flexibiliza los covenants financieros.

Este acuerdo incluía además el repago íntegro de la deuda junior pendiente, unos 40 millones de euros, financiado con una ampliación de capital aprobada en 2025 y objeto de impugnación por parte de accionistas minoritarios, recurso que fue rechazado por el Juzgado de lo Mercantil nº 18 de Madrid.

La trayectoria de la deuda en los últimos años ayuda a entender el peso de estas decisiones. En 2021, Prisa terminó el ejercicio con una deuda bancaria neta de 756 millones de euros, que subió a 856 millones en 2022, con una ratio de apalancamiento de 6,2 veces EBITDA y deuda financiera neta (incluyendo ciertos ajustes) que alcanzó los 904 millones a mitad de 2022, con un ratio cercano a 6,5 veces.

El deterioro del balance y el coste de los intereses llevaron a la dirección a acelerar la venta de activos no estratégicos y a recurrir a instrumentos híbridos como las obligaciones convertibles para lograr rebajas significativas de la deuda más onerosa.

En 2023, el desapalancamiento empezó a materializarse. A junio de ese año, la deuda bancaria neta se redujo a 801 millones y la deuda neta total, incluyendo pasivos por arrendamientos NIIF 16, bajó de 926 a 866 millones de euros, apoyada en la entrada de fondos de la emisión de convertibles.

En 2024, la tendencia continuó: a junio, Prisa comunicó una reducción de la deuda financiera neta de 56 millones respecto a diciembre de 2023 y una ratio deuda neta/EBITDA de 4,2 veces, con 199 millones de euros de liquidez disponible entre caja y líneas no dispuestas.

Al cierre de ese ejercicio, la cifra de 750 millones de deuda neta y una ratio de 3,97 veces apuntaban a un saneamiento progresivo, aunque todavía alejado de niveles considerados bajos para un grupo de medios expuesto a ciclos publicitarios y a divisas.

Los primeros datos de 2025 muestran, sin embargo, que la deuda sigue siendo elevada y volátil. En el informe de resultados del primer semestre, la compañía sitúa la deuda financiera neta sin pasivos NIIF 16 en 720 millones de euros, prácticamente en línea con junio de 2024, pero unos 30 millones por encima de diciembre de 2024, debido a los costes de la refinanciación y a la estacionalidad de los negocios.

Un análisis de Investing.com, a partir de la misma información corporativa, señala que en una actualización posterior de 2025 la deuda neta habría repuntado en torno a 777 millones de euros, con una ratio deuda neta/EBITDA de 4,26 veces, lo que indica cierta pérdida del terreno ganado en el desapalancamiento.

La propia documentación de la compañía reconoce explícitamente el riesgo que supone mantener un nivel de endeudamiento elevado. En la “nota sobre valores” de la emisión de obligaciones de 2024, el consejo advierte de que el alto apalancamiento limita de forma significativa la capacidad financiera del grupo, condiciona su margen de maniobra, le obliga a cumplir estrictos ratios financieros y mantiene la amenaza de eventuales incumplimientos de covenants si se deterioran los resultados o el entorno de tipos de interés.

Los informes remitidos a la CNMV reiteran que el grupo depende de la refinanciación periódica de sus préstamos sindicados y de la disposición de líneas super senior para cubrir necesidades de tesorería, en un contexto global de mayor tensión en los mercados de crédito.

Los análisis refleja lecturas divididas. Medios próximos al grupo, como las cabeceras del propio entorno Prisa y algunos portales financieros, subrayan que el plan de desapalancamiento ha llevado la ratio de deuda a niveles no vistos en casi dos décadas, que el flujo de caja libre fue positivo (63 millones en 2024) y que la liquidez supera los 200 millones de euros, lo que otorgaría cierto colchón frente a la volatilidad del negocio.

Otros medios especializados enfatizan, en cambio, que el balance sigue mostrando pérdidas recurrentes (48 millones hasta septiembre de 2025), que la deuda habría repuntado en torno a un 20–25 % respecto a algunos mínimos recientes y que el patrimonio neto sigue muy tensionado, con un “agujero” relevante y una capitalización bursátil reducida en Bolsa.

En conjunto, la fotografía actual de las deudas de Prisa en España muestra a un grupo que ha dejado atrás la fase más crítica, ha logrado alargar vencimientos hasta 2029 y ha reducido de forma perceptible el coste medio de su financiación, pero que continúa altamente apalancado, con fuerte dependencia de la banca y del mercado de capitales.

El margen para nuevos errores estratégicos o para shocks adversos (como laudo arbitrales, caídas de la publicidad o depreciaciones cambiarias en Latinoamérica) sigue siendo limitado, y el éxito del nuevo plan estratégico 2025–2029 dependerá en buena medida de su capacidad para seguir generando caja, contener los gastos financieros y evitar un nuevo ciclo de aumento de la deuda.

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