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Mundial 2026: así quedaron los 12 grupos en Estados Unidos, México y Canadá tras el sorteo final

Comienza la fiesta más importante del deporte mundial con rivales conocidos y favoritos.

Mundial 2026
Por Luisa Fernanda Peña | Vie, 05/12/2025 - 15:55 Créditos: Instagram FIFA World Cup

El sorteo final del Mundial 2026, celebrado en el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas, en Washington, definió por primera vez en la historia 12 grupos de cuatro selecciones para una Copa del Mundo de 48 equipos.

La ceremonia, con presencia de dirigentes, exfutbolistas y jefes de Estado, terminó de armar el cuadro que se disputará entre el 11 de junio y el 19 de julio de 2026 en 16 sedes repartidas entre Estados Unidos, México y Canadá.

La FIFA confirmó que el torneo mantendrá una fase de grupos clásica, pero ampliada: 12 zonas (de la A a la L), todos contra todos a un solo partido y clasificación para los dos primeros de cada grupo, junto con los ocho mejores terceros, rumbo a una ronda de dieciseisavos de final que inaugura el cuadro de eliminación directa.

Seis plazas siguen pendientes de los repechajes intercontinentales y europeos de marzo de 2026, pero la estructura general quedó definida.

El grupo A quedó marcado por el estreno del Mundial. México, uno de los tres anfitriones, fue ubicado como cabeza de serie y abrirá el campeonato contra Sudáfrica, selección que regresa a una Copa del Mundo después de su experiencia como local en 2010. A ellos se suman Corea del Sur y el ganador del play-off europeo D, que completará el cuadro como cuarto integrante.

La presencia de un rival asiático habituado a las fases finales y de un europeo que se definirá en marzo deja a México ante un grupo competitivo, pero sin las grandes potencias europeas o sudamericanas.

En el grupo B, el foco se desplaza hacia el norte. Canadá, también organizador, lidera una zona en la que aparecen Suiza, Catar y el ganador del play-off UEFA A.

Los canadienses, que disputaron el Mundial de 2022, buscarán ahora aprovechar su condición de locales para avanzar por primera vez a una fase de eliminación directa, frente a una selección europea de nivel medio, una campeona asiática reciente como Catar y un equipo suizo con amplio recorrido mundialista.

Estados Unidos, tercer país anfitrión, encabeza el grupo D. La selección norteamericana compartirá zona con Australia, Paraguay y el ganador del play-off UEFA C.

El calendario preliminar sitúa su estreno ante Australia en Los Ángeles antes de enfrentar a Paraguay, mientras el rival europeo llegará definido por la ruta entre Turquía, Rumanía, Eslovaquia y Kosovo.

Para el organizador estadounidense, se trata de un grupo con exigencia intercontinental, pero catalogado por varios analistas como manejable en comparación con otras zonas.

La primera gran combinación de pesos pesados aparece en el grupo C, donde Brasil fue emparejada con Marruecos, Escocia y Haití.

La selección sudamericana, cinco veces campeona del mundo, se medirá a la actual revelación africana —semifinalista de Qatar 2022—, a un histórico europeo que vuelve a la Copa del Mundo tras largos años de ausencia y a un equipo caribeño que regresa al máximo escenario.

Distintos medios europeos han señalado esta zona como una de las más exigentes por densidad de rivales con carácter competitivo.

El grupo E reúne a Alemania, Ecuador, Costa de Marfil y Curazao. En el papel, el cuatro veces campeón mundial parte como favorito, pero la presencia de un equipo sudamericano con buenos antecedentes recientes y de una selección africana con tradición en la Copa del Mundo anticipa una lucha cerrada por los cupos a dieciseisavos. Curazao, debutante, llega como representante de la CONCACAF y uno de los estrenos que aporta el nuevo formato con 48 equipos.

En el grupo F estarán Países Bajos, Japón, Túnez y el ganador del play-off UEFA B. Se trata de una zona de amplia dispersión geográfica, con un europeo habitual en las fases definitivas, un seleccionado asiático muy estable en la última década y un africano que suele ser protagonista de partidos cerrados en grupos equilibrados.

El cuarto integrante saldrá de una llave entre selecciones europeas de segundo orden futbolístico, pero con experiencia en torneos continentales.

El grupo G quedó conformado por Bélgica, Egipto, Irán y Nueva Zelanda. Bélgica, que aún conserva parte de la generación que la llevó al podio en 2018, encabezará una zona sin campeones mundiales, pero con tres equipos que conocen la competencia global: una potencia histórica africana, un referente asiático y el campeón de Oceanía.

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Es, en apariencia, uno de los grupos más abiertos, sin jerarquías tan marcadas como en otras zonas.

En el grupo H se concentrará otro de los focos del torneo. España, Uruguay, Arabia Saudita y Cabo Verde compartirán una zona en la que coinciden dos campeones mundiales —la selección ibérica y la celeste— con un equipo asiático habituado a las sorpresas y una selección africana que debuta en Mundiales.

Varios análisis de probabilidades han ubicado a España como una de las grandes favoritas del certamen, lo que convierte a este grupo en un examen temprano para medir su peso real ante un rival sudamericano de jerarquía

El grupo I ha sido bautizado desde Europa como el principal candidato a “grupo de la muerte”. Francia, campeona del mundo en 2018 y finalista en 2022, se medirá a Senegal, Noruega y al ganador de un repechaje internacional.

Los galos afrontarán un cuadro que incluye al vigente campeón africano, con un bloque consolidado, y a una selección nórdica liderada por Erling Haaland, que debuta en el máximo escenario.

El cuarto integrante será un equipo procedente de una ruta de clasificación intercontinental, lo que añade un factor de incertidumbre táctica y logística.
Argentina, defensora del título, quedó ubicada en el grupo J con Austria, Argelia y Jordania.

La campeona vigente iniciará así su camino en un entorno sin colosos europeos tradicionales, pero con rivales que, según analistas, pueden plantear partidos de alta intensidad física y orden táctico.

La presencia de Jordania y de otras selecciones debutantes refleja el ensanchamiento del mapa futbolístico que la FIFA buscaba con la ampliación del torneo.

El grupo K tiene un interés particular para Colombia. Portugal aparece como cabeza de serie, acompañada por Colombia, Uzbekistán y el ganador del repechaje FIFA 1, en el que se enfrentarán República Democrática del Congo, Nueva Caledonia y Jamaica.

En la lectura internacional, la zona presenta un favorito europeo con amplia experiencia, una selección sudamericana en crecimiento bajo la dirección de Néstor Lorenzo, un equipo asiático que llega por primera vez a un Mundial y un cuarto rival aún por definir entre África, Oceanía y el Caribe.

El grupo mezcla jerarquías consolidadas con incógnitas competitivas, lo que abre un abanico de escenarios para la clasificación.

Por último, el grupo L quedó integrado por Inglaterra, Croacia, Ghana y Panamá. La prensa británica destacó de inmediato el reencuentro con Croacia, verdugo de los ingleses en la semifinal de Rusia 2018, y la repetición del duelo frente a Panamá en fase de grupos, además de un estreno mundialista contra Ghana.

Dentro del nuevo diseño de cruces, si Inglaterra gana su grupo podría encontrarse en la fase final con los ganadores de otras zonas fuertes como la A o la C, en un cuadro pensado para evitar que las cuatro selecciones mejor ubicadas en el ranking FIFA se crucen antes de semifinales.

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El sorteo no solo distribuyó selecciones, también terminó de perfilar el impacto geográfico y económico del torneo. Ciudades como Los Ángeles, Ciudad de México, Toronto, Dallas, Nueva York/Nueva Jersey, Miami o Seattle, entre otras, se preparan para recibir partidos de fase de grupos y rondas de eliminación directa.

En la primera fase, la FIFA garantizó que cada país anfitrión dispute sus tres partidos en casa, mientras el resto de selecciones se repartirán por bloques regionales para minimizar desplazamientos.

La ceremonia en Washington, que incluyó actuaciones musicales y la entrega del primer “premio de la paz” de la FIFA al presidente de Estados Unidos, mezcló espectáculo y política antes de llegar al momento central: ver cómo los nombres iban ocupando su lugar en la pantalla gigante hasta completar los 12 grupos.

A partir de ahora, los seleccionadores ajustarán planes de preparación, amistosos y estudios de rivales con un marco ya definido, a la espera de que los últimos seis clasificados salgan de los repechajes de comienzos de 2026 y de que la FIFA publique el calendario completo de sedes y horarios tras el sorteo.

Con el sorteo, el Mundial 2026 dejó de ser una idea abstracta para convertirse en un cuadro concreto con rutas, posibles cruces y relatos en construcción: la defensa del título de Argentina, el reto de los tres anfitriones, la consolidación de potencias emergentes como Marruecos o Senegal, el estreno de selecciones como Curazao, Cabo Verde, Jordania o Uzbekistán y el interés regional por lo que pueda hacer Colombia en un grupo K que la enfrenta a un candidato europeo y a dos rivales de perfiles menos explorados.

La cuenta regresiva hacia el primer Mundial de 48 equipos ya se juega en los mapas, las estadísticas y las agendas de viaje de millones de aficionados.

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