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El ABC de Afganistán: el Talibán, la Sharía y las mujeres

La guerra contra el terrorismo, los Talibán y Afganistán, lo que todos ven y pocos conocen. Mujeres discriminadas y un nuevo control sobre la vida basado en la Sharía. El temor tras la huida del presidente. Cuestionamientos a Joe Biden por retiro de tropas.

TalibánPoder
Por LeidyHernandez | Jue, 19/08/2021 - 13:00

Talibán significa “estudiantes islámicos” en pastún, la etnia más numerosa en Afganistán. Surgieron a partir del movimiento de los muyahidines, facciones político-militares que operan en el país desde los años 70’, y fundado por el imán Mullah Mohammad Omar. Es un movimiento nacionalista sunita islamista.

Los Talibán se educaron en madrazas, las escuelas religiosas islámicas que se habían establecido para los refugiados afganos en la década de 1980 en el norte de Pakistán. En su formación como grupo religioso, también es conocido como Emirato Islámico de Afganistán. Su bandera, la Shahada o juramento islámico, "No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su mensajero".

“La tierra de los pastún”, como se le conoce al país, protegía a Al-Qaeda, grupo dirigido y fundado por Osama bin Laden, causante del ataque a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. El hecho dejó más de 3.000 muertos y el comienzo de la guerra contra la potencia.

Por lo ocurrido, el entonces presidente estadounidense George W. Bush ordenó los primeros ataques contra Afganistán el 7 de octubre de 2001. Su objetivo era "interrumpir el uso de Afganistán como base terrorista de operaciones y atacar la capacidad militar del régimen talibán". Cabe recordar que del territorio salieron derrotados los ingleses en 1919 y los soviéticos en 1989.

Sin embargo, antes de la nueva confrontación internacional, se vivía una guerra civil. Los Talibán tuvieron el control del país durante 1996 hasta 2001. En el poder establecieron un radical cumplimiento de la ley islámica y la tradición pastún, basados en “restaurar la paz y la seguridad y hacer cumplir su propia versión de la Sharía”.

 

TalibánBandera
Miembro de los Talibán o también denominado Emirato Islámico de Afganistán junto a su bandera, el juramento islámico. 

 

La Sharía es la ley religiosa del Islam, considerada la expresión del mandato de Dios para los musulmanes. Dicta las válidas acciones de todo musulmán, la relación del individuo con otro y con Dios, prácticas rituales como las oraciones diarias, la limosna, el ayuno y la peregrinación. Además, menciona todo lo correctamente aceptado y de lo que hay que abstenerse.

Durante su mando y con el reconocimiento de Pakistán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, los Talibán, bajo la sombra de la Sharía, comenzaron las ejecuciones públicas, las flagelaciones y las prohibiciones, principalmente, hacia las mujeres. Se les prohibió trabajar o estudiar, no se les permitía salir de casa sin un acompañante masculino y debían usar el burka, vestimenta que les cubre de la cabeza a los pies.

Se impidieron los libros y películas occidentales. Además de las estructuras de otras tradiciones como las estatuas de Buda de 1.500 años de antigüedad en Bamiyán. Los adúlteros eran condenados y los culpables de robo eran amputados, mientras que los hombres debían dejarse crecer la barba. Sin embargo, tras la caída de las Torres Gemelas y el apoyo afgano, como refugio a Al-Qaeda, Estados Unidos, en menos de un mes, se tomó el país buscando establecer un gobierno democrático.

Así fue como los Talibán continuaron como un grupo insurgente, atacando el nuevo gobierno apoyado por la potencia norteamericana. Con bastiones en el sur y este de Afganistán lanzaban bombas improvisadas y realizaban ataques suicidas. Ya para septiembre de 2014, Mohammad Ashraf Ghani Ahmadzai se sentó como el presidente de Afganistán. Político, académico y economista afgano de 72 años quien mantuvo el tricolor nacional en lo más alto.

Pero, tras la polémica retirada de lo que quedaba de las tropas estadounidenses de Afganistán, el poder Talibán regresó. El 15 de agosto del presente año, el presidente huyó de Kabul, capital del país, argumentando evitar “un derramamiento de sangre”, cuando “innumerables patriotas habrían sido martirizados y Kabul destruida”.

 

Sharia
Dentro de las leyes que dicta la Sharía se encuentra que las mujeres tienen completamente prohibido trabajar fuera de casa. Tienen prohibido cerrar tratos con comerciantes masculinos.
Los doctores masculinos no pueden tratar a las mujeres y no pueden estudiar en escuelas, universidades o cualquier institución educativa.

 

Le quedó despejado el camino a los Talibán. Los hombres armados llegaron al palacio presidencial, mientras internacionalmente se rotaba la culpa de lo que estaba ocurriendo. Descolgaron la bandera nacional, izaron la de los Talibán y junto al simbolismo la incertidumbre de las personas, la ley Sharía, las calles vacías, el aeropuerto lleno y las personas pidiendo un lugar para huir, como lo hizo su presidente.

Según diferentes estudios, se cree que existen entre 48.000 y 72.000 combatientes, ahora dueños de la ‘tierra de los pastún’ y al parecer de la vida de los ciudadanos. Ante su llegada, las tiendas quitaron toda imagen referente a occidente. Las mujeres volvieron a usar el burka y Estados Unidos se quedó con el control de las salidas del país desde el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul.

Las personas comenzaron a agolparse en los aviones que dejaban el país, un día después de la llegada del grupo al poder, se reportaron al menos cinco muertos de civiles que caían directamente de los aviones que ya habían despegado.

Por eso, los armados comenzaron a tomar control frente a la situación. Después de tres días de su llegada, dispararon al aire en el aeropuerto para que los afganos no intentaran salir en ningún vuelo. Además, al menos tres personas murieron en Jalalabib en su afán por volver a colgar la bandera nacional.

Nuevas protestas civiles

Cuando los Talibán tomaron de nuevo el poder en Afganistán, había zozobra. Las personas se quedaron en las casas, las tiendas comenzaron a cambiar el aspecto de las fachadas, los lugares de moda y estética cerraron y las mujeres no se asomaban por la ventana.

La inseguridad y temor por lo que sería de nuevo el manejo bajo el mando Talibán tenía a todos con nervios. Un día después de la llegada al poder, las calles eran resguardadas con hombres armados, las mujeres no salían y continuaba la incertidumbre; sin embargo, no duraría mucho tiempo.

Tres días después comenzaron las expresiones de protesta. Un grupo de mujeres, las más vulnerables en medio del contexto, se pararon frente a militantes, gritaban frases y mostraban letreros en forma de protesta. Mientras que la Unión Europea, Estados Unidos y más de 18 países han firmado un texto que expresa la profunda preocupación por los derechos a la educación, al trabajo y a la libertad de movimiento de las mujeres.

"Estamos profundamente preocupados por las mujeres y las niñas afganas, sus derechos a la educación, el trabajo y la libertad de movimiento. Urgimos a aquellos en posiciones de poder y autoridad en Afganistán a garantizar su protección", se lee.

Por su parte, Zabihullah Mujahid, portavoz talibán, hizo su primera declaración y aseguró que el grupo quiere la paz y respetará los derechos de las mujeres bajo la ley islámica. “No queremos enemigos internos o externos", ha negado la búsqueda de venganza y declaró una "amnistía" en todo Afganistán.

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Mujeres afganas protestando en frente de los talibán, fuertemente armados y con el poder del país.

 

Cabe resaltar que, en los últimos 20 años, sin los Talibán al poder, las mujeres han participado en la vida política, económica y social del país. El gobierno ha llegado a tener cuatro ministras, una gobernadora provincial y en 20 provincias una vicegobernadora en asuntos sociales, aunque sufrieron acoso, intimidación y discriminaciones.

Por otro lado, la situación fue diferente en Jalalabib, la quinta ciudad más grande del país. Allí, en una plaza de la ciudad, hombres intentaron de nuevo poner en lo alto la bandera nacional. Gritaban y muchos se reunieron para protestar contra los Talibán. Pero el grupo se reportó con tiros para dispersar a las personas y terminar con la vida de los manifestantes. Al menor tres civiles murieron y una decena resultaron heridos.

La situación no es diferente en cercanías al Aeropuerto Internacional de Kabul, que está bajo la autoridad de Estados Unidos. Allí, desde el primer día del arribo talibán, las personas buscaban un vuelo para huir. Incluso, desde Estados Unidos se comunicó:

“Debe permitirse que los ciudadanos afganos y de otras nacionalidades que desean salir del país puedan hacerlo; por consiguiente, los caminos, los aeropuertos y los cruces de frontera deben permanecer abiertos y es fundamental que se mantenga la calma". Pero ahora los que están en el poder manejan la situación y disparan contra los civiles.

Política internacional

La situación es tensa a nivel internacional. Los ojos del mundo están sobre Afganistán, los videos se hacen virales y al parecer la situación no será pacífica. Por un lado, el presidente afgano, que huyó del país para evitar un “derramamiento de sangre” con la llegada de los Talibán, se pronunció tres días después de perder el poder.

Ashraf Ghani reapareció desde Emiratos Árabes por medio de un video en Facebook. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de los EAU le dio la bienvenida por “motivos humanitarios”. En su discurso aseguró que “Si me hubiera quedado, estarían presenciando un baño de sangre en Kabul”.

“Los talibanes obtuvieron la victoria en el juicio de la espada y el arma y tienen la responsabilidad de proteger el honor, la prosperidad y el respeto propio de nuestros compatriotas”, agregó el presidente desde su refugio.

A su vez, en Estados Unidos el hecho desató un rifirrafe entre el expresidente Donald Trump y Joe Biden. “Lo que Joe Biden ha hecho con Afganistán es legendario. ¡Será una de las mayores derrotas en la historia estadounidense!", expresó Trump, quien además pidió la renuncia del mandatario estadounidense.

Biden, ante las afirmaciones, respondió “Cuando me convertí en presidente, enfrenté una elección: cumplir con el acuerdo, con una breve extensión para sacar a nuestras fuerzas y las fuerzas de nuestros aliados de manera segura, o aumentar nuestra presencia y enviar más tropas estadounidenses para luchar de nuevo en el conflicto civil de otro país”.

 

Trump y Biden
"Debería ser fácil dado que no fue elegido legítimamente", ironizó Donald Trump contra Joe Biden tras el retiro de las tropas de Afganistán.

 

“Soy el cuarto presidente en presidir una presencia de tropas estadounidenses en Afganistán: dos republicanos, dos demócratas. No pasaría, y no pasaré, esta guerra a un quinto”, agregó Biden.

Al interior del país se fracturó más la relación política interna en Afganistán. Abdullah Abdullah, jefe del Consejo de Reconciliación Nacional del país y rival del presidente afgano expresó: "El ex presidente de Afganistán se fue de Afganistán, dejando el país en esta difícil situación". "Dios debería responsabilizarlo".

Por su parte, Josep Borrell, Alto Representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea manifestó como "prioridad" que los países miembros y de la Unión Europea entablen conversación con los Talibán porque "han ganado la guerra", mientras que desde China se indicó que quieren mantener "relaciones amistosas".

Pues China "respeta el derecho del pueblo afgano a decidir su propio destino y futuro y desea seguir manteniendo relaciones amistosas y de cooperación con Afganistán", dijo a la prensa una portavoz de la diplomacia china, Hua Chunying.

Por lo pronto, tanto Joe Biden como el primer ministro británico, Boris Johnson, acordaron una cumbre virtual de líderes del G7 sobre Afganistán. Se estudia la necesidad de seguir con una coordinación cercana entre aliados y socios democráticos sobre su política hacia Afganistán. Asistencia humanitaria y apoyo a refugiados.

China y Talibán
Cofundador de los talibán, Mulá Abdul Ghani Baradar y el ministro de Exteriores chino, Wang Yi quien calificó, el pasado mes de julio, al grupo de “fuerza clave política y militar”.

 

Entretanto, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres expresó que “En este momento tan grave, insto a todas las partes, especialmente a los talibanes, a actuar con la máxima moderación para proteger vidas y garantizar que se puedan satisfacer las necesidades humanitarias”.

Al respecto, Ainuddin, comandante militar, en diálogo con la BBC*, anunció que "es un combate, así que gente está muriendo". Aunque hacen lo posible “para no afectar civiles", aseguró que el "gobierno títere" de Kabul, "no ha renunciado a la cultura occidental... y si no lo hace, tenemos que matarlos".

Frente a la situación de las mujeres y la Sharía, Haji Hekmat insiste que no se está "obligando" a nadie, que los talibanes simplemente "predican" como deben vestirse las mujeres. Mientras que el juez talibán, Haji Badruddin, explicó al mismo medio que todavía no ha ordenado ningún castigo corporal en los cuatro meses que lleva en el cargo.

El líder aseguró que "En nuestra sharía está claro: para quien tiene relaciones sexuales y no está casado, sea chica o chico, el castigo es de 100 latigazos en público". "Pero a los que están casados hay que apedrearlos hasta la muerte... Para los que roban: si se demuestra, hay que cortarles la mano".

Así comienza el nuevo capítulo de los Talibán, bajo la interpretación de la Sharía y la vida de la mujer, cuando sólo en enero de 2019, 45.000 miembros de las fuerzas de seguridad habían fallecido desde 2014 y cerca de 3.500 miembros de las fuerzas internacionales han muerto desde la invasión en 2001. Según la cifra de la ONU, solamente el mes pasado, más de 1.000 civiles fueron asesinados en Afganistán.

 

Mujeres
Las mujeres en Kabul, capital de Afganistán, volvieron a usar el burka tras la llegada de los Talibán al poder, el pasado 15 de agosto.

 

Mientras tanto, según Amnistía Internacional, actualmente hay 3,3 millones de niñas que reciben educación, y según la Organización Mundial de la Salud alrededor del 87% de la población pudo acceder a centros médicos situados a una distancia máxima de dos horas.

En 2019 más de mil mujeres contaban con sus propios negocios. A pesar del conflicto permanente, mujeres afganas han conseguido ser abogadas, médicas, juezas, profesoras, ingenieras, atletas, políticas, periodistas, empresarias, agentes de policía y miembros del ejército, activistas de derechos humanos.

Todo lo ganado que se puede perder porque según Zarqa Yaftali, abogada y activista por los derechos de las mujeres y de la infancia, ante el Consejo de Seguridad de la ONU: “Los amargos recuerdos del gobierno de los talibanes nos persiguen a diario. Estas experiencias siguen siendo una realidad para muchas mujeres y niñas que viven en áreas controladas por los talibanes, donde la libertad está severamente restringida”.

* Entrevista de la BBC con dirigentes Talibán. “"Si no renuncian a la cultura occidental, tenemos que matarlos": los combatientes del Talibán hablan con la BBC en plena ofensiva por recuperar el control en Afganistán”. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-58182773

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