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Tras implosión de puentes de Puente Aranda, inicia la construcción de megaestructura vial
La megaobra transformará la movilidad del suroccidente.

A las 10:47 de la mañana, los icónicos puentes de Puente Aranda, conocidos como El Pulpo, colapsaron de manera controlada luego de más de cuatro décadas de servicio. Con la implosión, el Distrito dio inicio oficial a la construcción de una moderna intersección de tres niveles que promete aliviar la congestión en una de las zonas más transitadas de la capital.
El operativo, dirigido por el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), fue supervisado por el alcalde Carlos Fernando Galán y el director del IDU, Orlando Molano, quienes confirmaron el éxito de la operación. “Fue un éxito la demolición controlada. Las redes de servicios públicos quedaron intactas, lo que permitirá habilitar hoy mismo el servicio de TransMilenio”, aseguró Galán desde el Puesto de Mando Unificado (PMU).
Para la demolición se utilizaron 625 kilogramos de explosivo Indugel, distribuidos en un área de 8.000 metros cuadrados. El proceso debilitó 35 columnas y los tableros principales para que la estructura colapsara sobre sí misma, sin afectar edificaciones aledañas. La maniobra involucró a más de 500 personas, entre ingenieros, técnicos y equipos de emergencia.
El director del IDU destacó que esta es la primera demolición de un puente vial por implosión en Bogotá, una técnica que reduce de manera significativa los tiempos de ejecución. “Una demolición convencional habría tomado un año; con este método, en dos meses tendremos el área despejada para continuar la obra”, explicó Molano.
Antes de la implosión, se desarrollaron medidas de protección ambiental, entre ellas el traslado de 178 árboles y la reubicación temporal de 12 especies de aves. En total, el Distrito proyecta plantar más de 700 nuevos árboles como parte del Tramo 1 del proyecto La Nueva 13, que busca equilibrar infraestructura y sostenibilidad.
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Desde las primeras horas del día, el PMU coordinó las acciones con 25 entidades del Distrito. Tras la detonación, se confirmó que no hubo daños estructurales ni afectaciones en redes de energía o agua. Las familias evacuadas regresaron a sus hogares hacia el mediodía, mientras se iniciaban las labores de limpieza y retiro de escombros.
Los antiguos puentes fueron demolidos debido a que su diseño ya no respondía a las nuevas necesidades de tráfico. La vieja glorieta no permitía una integración eficiente entre el flujo vehicular mixto y el sistema TransMilenio, limitando la conexión entre la Calle 13, la Avenida de Las Américas y la Carrera 50.
El nuevo Pulpo de Puente Aranda contará con una glorieta principal de 200 metros para tráfico mixto, una glorieta exclusiva para TransMilenio de 100 metros y dos puentes elevados de 520 metros con tres carriles por sentido. Además, incluirá pasos bicipeatonales, ciclorrutas y 100.000 metros cuadrados de espacio público.
“Con esta obra reduciremos los tiempos de desplazamiento de 15 a menos de 5 minutos. Es un paso decisivo hacia una Bogotá más moderna y eficiente”, concluyó el alcalde Galán, quien aseguró que la nueva estructura se convertirá en un símbolo de la transformación urbana de la capital.
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