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La historia detrás de la muerte de María Paula Munévar Olmos

Así va la investigación tras su deceso. Comunidad educativa se une al dolor de su familia.

María Paula Munevar
Por Agencia Periodismo Investigativo | Mié, 19/04/2023 - 17:48 Créditos: Redes sociales

Su familia y la comunidad educativa de la Pontificia Universidad Javeriana se encuentran de luto tras la lamentable muerte de María Paula Munévar Olmos, una estudiante de la carrera Ciencia de la Información, Bibliotecología y Archivística, quien fue hallada sin vida en la tarde de este miércoles en la zona nororiental de la institución. 

La joven había desaparecido el pasado jueves 13 de abril después de acompañar a su padre en unas gestiones personales en Bogotá.

Desde ese momento, se inició una intensa búsqueda por parte de las autoridades y del personal de seguridad de la universidad, así como por parte de la familia y amigos de María Paula. Tras varios días de búsqueda, la joven fue encontrada sin vida en una zona cerrada por las condiciones invernales.

La situación ha conmocionado a la comunidad educativa de la Javeriana y ha dejado un profundo vacío en todas las personas que tuvieron la oportunidad de conocer a María Paula y compartir con ella. 

La universidad ha expresado su solidaridad y acompañamiento a los padres de la joven, Francia Olmos y Pedro Pablo Munévar, así como a sus familiares, amigos y seres queridos.

Los hechos están siendo investigados por las autoridades correspondientes, quienes están trabajando para esclarecer las circunstancias de la muerte de la estudiante. 

Mientras tanto, la comunidad educativa de la Javeriana y toda la sociedad colombiana se unen en el dolor y en el deseo de que se haga justicia.

La madre de María Paula ha relatado cómo sucedieron los hechos el día en que su hija desapareció. Según relata Francia Olmos, su hija tomó un taxi para dirigirse a la universidad después de acompañar a su padre en las inmediaciones del Parque Santander en Bogotá. 

Posteriormente, María Paula llamó a su madre diciendo que se había quedado sin dinero y que no podía sacar más de su tarjeta en el cajero porque no estaba habilitada.

Francia Olmos intentó guiar a su hija por teléfono a un banco cercano a la universidad, pero después de que María Paula apagó su celular para poder sacar dinero, la madre perdió contacto con ella. 

La madre había advertido que la joven sufría de una condición especial de depresión profunda recurrente y necesitaba tomar medicamentos en la mañana y en la noche. Si no los tomaba, se le empezaban a dormir las manos, la cara y la lengua. 

La última vez que fue vista, María Paula vestía un saco amarillo, chaqueta azul oscura, jean. 

Al salir de su colegio el Gimnasio Iragua escribió un conmovedor texto, que hoy recuerda la comunidad educativa.

“La verdadera tierra de las posibilidades y oportunidades infinitas es una vida entera, dice
Rosa Parks. Ella fue una mujer que batalló por los derechos civiles de las personas de color en Estados Unidos. Luchó por la protección de la diferencia.

Muchos amigos y personas cercanas dicen que el colegio es uno de los mejores momentos de la vida. Ellos se refieren a detalles triviales como la excursión de fin de año, el chico que te llama o las amigas que inoportunas dicen cosas sin pensar. En verdad este tiempo es un reto y una pugna para definir quién eres o qué te gusta. Muchas preguntas van y vienen. Todos esos cambios y preguntas son el reflejo de la incertidumbre por el futuro y la madurez. A veces difíciles de sortear y en otras ocasiones todas esas voces llegan a ciertos puntos críticos. Durante esta etapa de la vida no entendemos de la mejor manera que somos diferentes y que en la diferencia podemos hacer grandes cosas. Esos amigos cercanos y personas de alrededor conocen valores fundamentales como el respeto, la amabilidad. la solidaridad.
pero, han olvidado.

Cuando el colegio termine todos tomaremos caminos diversos. Así es y es bueno. Por ahora y para siempre deseo que todos los sueños que hemos adormilado en tiempos de colegio despierten al salir de aquí y se vayan a conocer al mundo, a salvar vidas o el planeta, a cocinar los mejores platos, a escribir Doscientos Años de Soledad, a construir más museos y bibliotecas, a visitar Paris sin miedo e ir a aquellos lugares remotos y encontrar tesoros o la cura de algo o alguien. Para las personas que han estado allí animando, guiando el reto les dejaría todas las buenas memorias, mi risa, la sensación de un balde lleno de agua tibia en la mañana para lavarse la cara, el sabor de una bola gigante de helado de pistacho y su canción favorita. Gracias a esas personas que cada día nos hacen posibles. Gracias. Totales diría Cerati. Por quienes han estado, estarán y están acompañándome”.

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