Chilenos deciden en plebiscito el futuro de su Constitución

En una cita crucial para el futuro político de Chile, más de 15 millones de ciudadanos están convocados a participar en un plebiscito que definirá si se aprueba una nueva Constitución o se mantiene la actual, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet. La elección, de voto obligatorio, busca decidir si los chilenos aceptan una propuesta redactada por un órgano dominado por el Partido Republicano, conocido por sus posiciones ultraconservadoras.

El nuevo texto propuesto disminuiría el papel del Estado, planteando posibles limitaciones a derechos como el aborto terapéutico y endureciendo las políticas hacia los migrantes, permitiendo la expulsión "en el menor tiempo posible" de aquellos en situación irregular. La elección, cuyo conteo se espera sea rápido, funcionará durante ocho horas.

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A pesar de que las encuestas anticipan una victoria para la opción "en contra", se prevé una participación marcada por la apatía ciudadana. El bajo interés se refleja en la percepción de algunos votantes, como Paula, una técnica en enfermería de 24 años, que comenta: "No me interesa mucho la elección. Voy a votar porque es obligatorio, pero sé que no va a terminar en nada, va a terminar todo igual".

En 2020, un 80% de los chilenos votó para iniciar un proceso de cambio constitucional en respuesta a las masivas protestas de 2019. Sin embargo, una Asamblea Constituyente de izquierda redactó un texto progresista que fue rechazado por un 62% de los electores. Ahora, el proceso está liderado por el Partido Republicano, que ha redactado un texto más conservador sin llegar a un consenso.

El agotamiento y la desconfianza hacia el proceso constitucional son palpables en las calles, donde la campaña ha sido poco visible. El aumento de los delitos violentos y la situación económica actual concentran la atención de los chilenos. En medio de este panorama, la izquierda llama a votar "en contra" como el "mal menor" frente a un texto que profundizaría el modelo neoliberal.

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