Asociación de especialistas a ministro de Salud: “Masectomías por cáncer de mama no son mutilaciones”

En una reciente intervención en el Foro Ideológico organizado por la agrupación política ¡En Marcha!, el Ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, calificó las mastectomías, un procedimiento quirúrgico utilizado en el tratamiento del cáncer de mama, como "mutilaciones" y las describió como "destructoras". Estas declaraciones han suscitado una ola de críticas por parte de expertos y asociaciones médicas.

La Asociación Colombiana de Mastología (ACM) ha emitido una respuesta firme a las palabras del ministro, destacando la inapropiación de tales términos para describir un tratamiento que salva vidas. 

En un comunicado oficial, la ACM subrayó que los procedimientos usados en la lucha contra el cáncer de mama están diseñados no solo para preservar la vida sino también para asegurar la calidad de la misma post-tratamiento, mediante el uso de técnicas que minimizan tanto la morbilidad como la mortalidad asociadas a esta enfermedad.

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Según la ACM, los tratamientos como la quimioterapia, radioterapia y diversas cirugías son evaluados y personalizados meticulosamente, tomando en cuenta factores como el estadio del cáncer, las características histológicas del tumor y el perfil de riesgo del paciente. 

La asociación también resaltó los avances tecnológicos y técnicos en el área que han mejorado significativamente los resultados estéticos y oncológicos.

Ante la pregunta del ministro Jaramillo sobre el estado en que quedan las mujeres tras una mastectomía, la ACM contestó que las pacientes, ante todo, "quedan vivas", con una esperanza de vida prolongada, lo que representa no solo un beneficio individual sino también para sus familias y la sociedad en general.

Finalmente, la ACM hizo un llamado a respetar y mostrar empatía hacia las mujeres y familias afectadas por el cáncer de mama, enfatizando la importancia del diagnóstico precoz para mejorar los pronósticos y la calidad de vida de las afectadas. 

Este incidente ha servido para reafirmar la necesidad de un lenguaje cuidadoso y respetuoso por parte de los funcionarios públicos al referirse a condiciones médicas y sus tratamientos.

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